El subdelegado del Gobierno, Miguel Latorre, ha visitado Calatañazor invitado por su alcalde, Alfredo Pérez, para conocer los tramos de la muralla en los que el Estado va a actuar durante este año con una intervención que permitirá mejorar la seguridad y las condiciones para su adecuada conservación y mantenimiento.
El primer paso ya ha sido dado puesto que recientemente la Dirección General del Patrimonio del Estado (DGPE) ha adjudicado a Francisco Jurado Jiménez el “Contrato menor de servicios para la redacción del proyecto básico y de ejecución, tramitación de permisos y licencias y dirección facultativa de las obras de consolidación y restauración final del recinto amurallado de Calatañazor”, por un importe de 17.666 € y un plazo de ejecución de 195 días.
El presupuesto inicial estimado de Ejecución Material (PEM) de las obras es de 200.000 €. El plazo para la redacción del proyecto es de 2 meses y el plazo estimado de ejecución de las obras es de 4 meses.
El pasado 9 de marzo la DGPE organizó una visita a Calatañazor con objeto de reconocer el estado actual de las zonas a intervenir, a la que asistieron dos técnicos de Patrimonio del Estado, el arquitecto redactor, arquitecto técnico de su equipo, y el alcalde del municipio.
La zona principal de intervención es la confluencia de los tramos T9 y T10 del recinto amurallado. Con objeto de dotarlo de mayor estabilidad, se pretende reconstruir y consolidar dicho tramo para lo que es necesario estudiar sus orígenes y realizar un estudio arqueológico que aporte información de la base de la muralla en esta zona.
Así mismo, las pérdidas de material pétreo en la cara interior de diversos tramos hacen difícil su mantenimiento. Estas zonas quedan más expuestos a daños por la entrada de agua y la presencia de la vegetación, por lo que van perdiendo entidad con el tiempo.
Por todo ello, es necesaria la recuperación de la cara interior de la muralla en el tramo T3-T8 de la misma mediante el recrecido del muro y aporte de material pétreo.
Antecedentes
Desde el año 2012 la D.G. del Patrimonio del Estado viene llevando a cabo distintas obras de restauración para garantizar condiciones de seguridad tanto en la zona alta del Castillo como en el recinto amurallado que rodea la villa de Calatañazor.
Dado que algunos tramos del recinto presentaban un importante estado de deterioro, en el año 2014 se encargó un informe técnico para examinar todo el perímetro de la muralla y establecer unos criterios de actuación zonales.
Tomando como base el contenido de dicho documento, se redactó el correspondiente proyecto de ejecución de obras, en el que se contemplaban trece tramos con distintos niveles de daños, cuya rehabilitación se llevó a cabo entre los años 2016 y 2017.
Por exigencias presupuestarias no fue posible actuar en la confluencia de los tramos T9 y T10 ni en los planos de cara interior de la muralla entre los tramos T3-T5 y T6-T8, estando pendiente acometer estos trabajos de restauración, extendiendo incluso su alcance a la zona suroeste, zona del Portillo.
Normativa y figuras de protección
El recinto amurallado objeto del presente proyecto se encuentra protegido en virtud a dos declaraciones, ya que el conjunto de la villa fue declarado Conjunto Histórico-Artístico Nacional en 20 de noviembre de1962 y el castillo y la muralla fueron declarados Monumento, junto con el resto de castillos y fortalezas de España, por el decreto de Protección de los Castillos españoles de 22 de abril de 1949.
También figuran en el Catálogo de Bienes Protegidos de las Normas Urbanísticas Municipales de Calatañazor de febrero de 2006, con carácter de Arquitectura Monumental y protección integral. En virtud al grado de protección que posee, cualquier intervención en las murallas debe contar con la aprobación de la Delegación de Cultura y/o la Comisión de Patrimonio en quien delegue, independientemente de las correspondientes licencias municipales.
Descripción del recinto amurallado y castillo
La muralla, que rodea la villa, ocupa gran parte de su perímetro adaptándose a la peña rocosa sobre la que se asienta. Los lienzos situados al noroeste tienen más presencia, al ser la pendiente menor que sus vecinos del sureste, donde las grandes pendientes naturales del terreno hacen que se alternen tramos de muralla con paredes naturales de roca. Existen en su recorrido abundantes torres semicilíndricas distribuidas por todo el lienzo, especialmente en el frente que asoma al Valle de la Sangre.
Al sur de la villa, el terreno es ya casi una roca viva. Sobre él se asientan los restos del castillo, del cual resaltan los volúmenes de dos torres cuadradas junto a la muralla y en el interior una torre del homenaje de mayor entidad y presencia.
En cuanto a los accesos al interior de la fortaleza, en la actualidad se tiene la certeza de dos: el principal que corresponde con en el actual acceso rodado a la villa, en el que se ha perdido la portada, y el segundo, situado en la calle que baja junto a la iglesia y que da acceso al río, en el que sólo se conserva el arco.
Además de estos dos accesos cabe la posibilidad de que hubiera existido algún otro más, cuya situación y existencia habría de ser determinada por estudio arqueológico.
En la zona donde la muralla da a la hoz, la muralla no tiene un trazado claro, confundiéndose en algunos casos con cercas de terrenos vecinos o funcionando como tal. Existen además en esta zona muchos tramos que se han perdido.
En su recorrido, la muralla tiene un ancho variable, siendo en los tramos rectos de un espesor aproximado de unos 2 metros, mientras que en las torres semicilíndricas suele ser maciza. Los lienzos de la muralla suelen estar compuestos por mampostería de cal y canto.
El castillo, situado al sur, está separado de la población por lo que algunos apuntan a que es un foso. Cuenta con una planta irregular que se adapta al terreno y con varios cuerpos elevados en su interior. En el perímetro tiene varios paños de muralla rematadas por torres, algunas de ellas cuadrangulares