La Asociación de Amigos del Castillo de Berlanga, no solo tiene su finalidad en la protección moral y material del Conjunto monumental del Castillo sino que también vela por los elementos relevantes de la villa.
En este sentido se detectó el estado en que se encontraba el paraje llamado de las “Tres Cruces” donde, desde tiempo inmemorial, el tres de mayo de cada año y hasta mediados de la centuria pasada el Ayuntamiento acordaba la bendición de los campos de la comarca en el Calvario allí situado.
Era evidente el deterioro y abandono progresivo del lugar donde desaparecieron dos de las tres cruces que lo componían.
La Asociación, con esta iniciativa, ha intentado adecuar y mejorar este espacio para conocer y testimoniar que, lo que allí se hacía, era una de las tradiciones desaparecidas del pueblo dirigida, desde las creencias de cada momento, a pedir protección para su principal actividad agrícola en aquellos años junto con la pecuaria.
Por ello se han colocado en madera de enebro tres cruces nuevas similares a las anteriores. También se instalarán sendas placas metálicas recordando el origen y sentido de la tradición y, de esta forma, hacer más atractiva la visita que, aunque se convirtió, hace ya, en un sitio inhóspito tras la instalación del necesario nuevo depósito de agua y antenas de telefonía, mantiene unas vistas magníficas del patrimonio paisajístico y monumental de Berlanga.
A la vez, se ha desplazado el Calvario unos pocos metros y se ha colocado sobre una base o frontón con un peto en mampostería para alejar el monumento de las infraestructuras que afean el espacio y tener una fotografía única de la villa desde un entorno más agradable. También se han conservado los soportes en piedra donde se asentaban las antiguas sirviendo de apoyo para las nuevas.
Las cruces de madera destinadas a bendecir los campos eran los elementos en el paisaje que mejor definían las costumbres y tradiciones llenas de religiosidad de nuestros pueblos.
En Berlanga, como ya hemos mencionado, era el Ayuntamiento quien anualmente acordaba la celebración el tres de mayo como fiesta de guardar y, tras la misa que había sido anunciada por medio del habitual volteo de campanas en la Colegiata, se iniciaba una solemne marcha procesionando por el Camino del Calvario (permanece en el callejero berlangués) y finalizando en el calvario denominado en Berlanga como de las “Tres Cruces”, recordando la escena del monte Gólgota donde fue crucificado Jesucristo. En ese paisaje privilegiado el párroco bendecía los campos hacia los puntos cardinales del término.
Con este ritual se pretendía alejar los peligros potenciales en forma de heladas tardías que mataran el cereal en flor, tormentas y granizadas, riadas, vendavales y en definitiva una meteorología adversa que destruyera las cosechas, huertas y cultivos que fundamentaban la economía y subsistencia de la población.
Sirva esta recuperación para mantener el recuerdo y testimonio de costumbres y tradiciones que fueron en otro tiempo.
Esta nueva actividad de la Asociación ha contado con una colaboración económica de la Diputación Provincial de Soria para las placas y la edición de un díptico y del Ayuntamiento que ha autorizado la iniciativa.







