El alcalde de la capital, Carlos Martínez, y el director del plan director de la muralla y de la obra actualmente en ejecución del Castillo, Fernando Cobos, han visitado la actuación que estará acabada para Semana Santa y permitirá recorrer el cerro y comprobar las tres murallas que coexisten en una “ciudad que se mueve” y cuya fundación se data en la época de Alfonso I El Batallador.
El alcalde ha recordado que “podemos ver hoy parte de ese trabajo que pronosticábamos hace ocho años con el plan director y las catas arqueológicas para encontrar los orígenes de la ciudad de Soria”. Carlos Martínez considera que la obra, que ha movilizado más de 2 millones de euros cofinanciada por el Gobierno de la mano del 1,5% Cultura, ha conseguido compatibilizar los hallazgos arqueológicos y su puesta en valor, así como los recursos naturales del propio parque. El responsable municipal ha destacado este nuevo recurso turístico e histórico y ha querido agradecer el trabajo de Fernando Cobos, Beatriz Carro y la empresa ejecutora Trycsa. “Si es imponente la nueva vista de las márgenes del río con el paño de la muralla por el cambio de postal de la ciudad que supone, también será imponente el nuevo acceso al Parador por la puerta del Castillo”, ha indicado Carlos Martínez, quien ha recordado que “dentro objetivo de seguir enlazando proyectos tenemos ahora sobre la mesa dos solicitudes de ayudas de fondos al Gobierno para proseguir con una actuación de muralla en Alberca y otra fase para la zona de la Puerta de Nájera”.
Por su parte, Fernando Cobos ha recordado que los estudios previos asociados al Plan Director nos adelantaban la potencia de la muralla con la muralla exterior, que baja hacia el cementerio, pero el propio arquitecto ha añadido que “no sabíamos que nos iba cosas interesantísimas como un barrio industrial, las distintas etapas de ocupación, el resto inicial de fundación de la ciudad… No sabíamos muchas cosas y ha sido muy enriquecedor desde el punto de vista científico, arquitectónico y desde el punto de vista del paisaje urbano”. La panorámica desde el Cerro ha cambiado y la actuación permite que ahora sí se distinga el castro y el Castillo. “Los visitantes ahora van a ser conscientes de que acceden por la puerta original del Castillo”, ha explicado el técnico quien también apunta a la importancia de la actuación para entender cómo ha evolucionado una ciudad que “se mueve”.
“Recuperar la muralla es recuperar la memoria de la ciudad, su sentido y volver a releer el lugar en el que vives y por tanto entender como es y cómo ha evolucionado durante tantos siglos”, ha resumido Cobos. Los primeros sorianos y sorianas se ubicaron en el cerro para después ir creando nuevos espacios con iglesias en pequeñas collaciones en el entorno del Castro con lo que se construyó una segunda muralla que incluye estos puntos. “La muralla en Soria ha tenido una situación un poco extraña, en una ciudad ha ido alejándose paulatinamente de la misma y del río y que ha terminado en mitad del campo la muralla. Es parte de la naturaleza de Soria y permite entender este proceso”, puntualiza.
Entre los hallazgos más llamativos destaca también el barrio industrial y sobre todo las salidas de agua con destacadas conducciones. Los estudios permiten apuntar que “probablemente los primeros pobladores fueron mudéjares que llegaron con Alfonso el Batallador, que luego pudieron ser sustituidos por judíos, aunque tampoco podemos confirmar que no fueran ellos los primeros. No hay ninguna iglesia en lo que es el recinto del castro y casi todos los repobladores castellanos cristianos se colocan fuera de las murallas en sus collaciones con sus iglesias, que es muy parecido a lo que ocurre en Ágreda, por ejemplo con un proceso de repoblación similar”
Por lo tanto, “tenemos muchas ciudades, muchas Soria, que han ido cambiando de sitio poco a poco y se han ido moviendo. Es una ciudad que se mueve y va cambiando su implantación, pero va dejando evidencias de lo que fue en los sitios que abandonan y esto es muy interesante para nosotros”.
La muralla era mucho más alta y el paño que ahora se observa corresponde a la base con las salidas de agua. La única muralla más completa es la que corresponde al recinto exterior del Castillo, que sí tiene algunos espacios muy altos. Existen dataciones bastante precisas para los barrios de los siglos XIII y XIV, pero no así para los barrios anteriores y para la fundación de la muralla. Han aparecido muchas monedas y mucha cerámica, pero no existen datos tan precisos. La hipótesis con la que se trabaja es que la primera población llegó con El Batallador y fueron mudéjares de Aragón. Cuando pasa a Castilla empiezan a venir gente desde el norte de la Rioja y sobre todo del norte de la provincia a colocar sus iglesias y sus collaciones. “Ese es el origen de la ciudad: un castro ovoide fortificado por Alfonso el Batallador que tiene dentro fundamentalmente tropas reales en la ciudad mudéjar y judía y poblaciones cristianas colocadas en barrios en los extramuros.”, ha concluido.
Entre las incógnitas aún sin resolver están las grandes secciones para las salidas de agua, lo que permite intuir la existencia de pozos naturales que aún no se han localizado.