La construcción de origen islámico data del siglo X y fue declarada B.I.C. (Bien de Interés Cultural) en la categoría de “Monumento” en enero de 2014
El Ayuntamiento de Cubo de la Solana acometió a finales del pasado año, durante los meses de noviembre y diciembre la restauración del monumento más característico del municipio, la atalaya La Torrejalba, ubicada en el término del barrio de Almarail y declarada B.I.C. (Bien de Interés Cultural) en la categoría de “Monumento” en enero de 2014. Tras haberse dirigido la Corporación Municipal en diversas ocasiones a la Administración Central y Regional solicitando su consolidación y no habiendo obtenido respuesta, se decidió acometerla directamente esta legislatura, habiendo sido adjudicada la obra a la empresa soriana Grupo de arqueología experimental Areco S.L. con una inversión cercana a los 18.000 €. Su estado de conservación, sin ser preocupante, presentaba algunos problemas en zonas puntuales que podía llegar a ocasionar su ruina sin una intervención.
Acerca de la restauración realizada
La atalaya presenta una fisonomía desde hace muchos años y todos los vecinos la conocen prácticamente como está en la actualidad. Es por ello que se decide no alterar su silueta, interviniendo únicamente en aquellas zonas que fuera necesario para su conservación, sin recrecidos ni reconstrucciones. No se reconstruye la puerta de acceso ya que no quedan vestigios que nos indiquen su posición exacta y su arquitectura.
Se ha repuesto con piedra de la zona aquellas partes donde se hacía necesario con los morteros más parecidos a los originales. Se ha utilizado exclusivamente mortero de cal en una proporción de tres partes de arena lavada de río y una de cal hidraúlica NHL-3,5. Este tipo de morteros fraguan muy lentamente, reforzando su consistencia al paso de los años. El color en principio es claro, pero con el paso del tiempo irá igualando a la obra original. No obstante, es importante que se diferencie la obra nueva de la original. Una zona de la atalaya, correspondiente a la parte noreste, se encontraba en muy buenas condiciones, conservando la casi totalidad del mortero original. Esta zona no se ha tocado, quedando como vestigio del tratamiento final original.
En la zona este de la atalaya, un lienzo de la cara exterior del muro estaba perdido, dejando el relleno del muro a la intemperie, con el grave peligro de derrumbe. Se ha repuesto el muro de mampostería, unos 10 m 2 , utilizando piedra de la zona y procurando respetar tamaños y disposición de hiladas. Se ha procedido al retacado y posterior rejuntado de todo el perímetro de la torre, exceptuando en la parte superior de la zona este que conserva el enlucido original
La parte superior de los muros se encontraba en un estado precario, con muchas piedras sueltas y fuerte erosión debido a los agentes climatológicos. Se ha procedido a la sujeción de las piedras sueltas y a la colocación de una albardilla de mortero con forma alomada, de manera que evite la retención de aguas y el deterioro que esta produce, especialmente cuando hiela.
En este tipo de construcciones, es frecuente que las primeras hiladas sean ligeramente mas anchas que el resto del muro, formando una zarpa. En algunas zonas, especialmente en el este, parte de éstas se habían perdido y la vegetación estaba colonizando el muro. Se ha limpiado la zona y se han repuesto las piedras desaparecidas.
En las zonas correspondientes al vano de entrada y las oquedades, el interior del muro se encontraba expuesto. Se ha procedido al jarreado con mortero de cal de todas las zonas para evitar el desprendimiento de piedras. Se ha realizado una fotogrametría de la torre antes de comenzar la intervención y después, obteniendo archivos en 3D que permiten una lectura de paramentos detallada.
En uno de los mechinales que servían para apoyar el forjado de los pisos de la torre, concretamente en el segundo piso, se conserva parte de la viga de madera original.
El estar embutida en el propio muro, se ha conservado en buenas condiciones, y probablemente se trata de madera de roble. Se ha extraído una parte de la viga y se ha enviado al laboratorio para la realización de pruebas de carbono 14 para su datación.
Acerca de La Torrejalba
Es una atalaya situada en lo alto del cerro del mismo nombre, a 1.078 metros de altitud sobre el nivel del mar, en el término municipal de Almarail (Cubo de la Solana) y a 3 Kms. aproximadamente, del núcleo de población.
La Torrejalba (populamente conocida como Turujalba o Turrujalba), cuyo nombre significa «Torre blanca», por el color blanco del calicanto de sus muros, es el monumento más representativo del municipio. Declarada B.I.C. (Bien de Interés Cultural), en la categoría de «Monumento» (ACUERDO 15/2014, de 16 de enero, de la Junta de Castilla y León, por el que se declara la Atalaya de Torrejalba en Almarail, Cubo de la Solana (Soria), Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento. BOCYL de 20 de enero de 2014).
Declarada edificio protegido por sus valores histórico – artísticos en las Normas Urbanísticas Municipales de Cubo de la Solana.
Durante el siglo X, el impulso repoblador de los condes castellanos hacia el sur, ocupado por los musulmanes, supuso el establecimiento de una nueva frontera en torno al Duero. La respuesta del Califato será el reforzamiento de los sistemas defensivos mediante la construcción de fortificaciones, adecuándolas a la nueva situación de frontera. Dentro de este dispositivo militar aparecen las atalayas como torres destinadas a la vigilancia de las rutas y enlace entre las fortalezas más importantes.
Localizada en un entorno de eriales y campos de labor, esta atalaya controla la vega del Duero manteniendo contacto visual con el castillo de Moñux. Su misión era servir de enlace entre el valle del Rituerto y Almazán.
Desde su situación se domina una importante parte de la provincia de Soria (principalmente, la comarca conocida como «Campo de Gómara») y se aprecia perfectamente la «curva de ballesta» que traza el río Duero, desde la ciudad de Soria hasta, prácticamente Almazán.
De planta circular y alzado cilíndrico tiene una altura próxima a los once metros. Su interior estuvo dividido en pisos, conservando los mechinales de dos plantas. El acceso se encuentra a unos cinco metros de altura y no se aprecian restos del dintel ni las jambas. El piso inferior no tiene acceso desde el exterior y destaca por el grosor de los muros, cercano a 1,5 m. Su interior, hasta una altura de dos metros se encuentra relleno de escombro del derrumbe de los muros, piedras trabadas con mortero de cal. La cara externa de los paramentos está construida mediante piedras de mediano tamaño dispuestas en hiladas regulares. En el interior la construcción es menos cuidada, utilizándose diferente tipo de piedra (cantos de río) colocados en espina de pez. No presenta ningún vano o ventana en todo el perímetro, a excepción de la puerta.
Es posible ver un vídeo con imágenes aéreas de la atalaya, tras la restauración en: https://www.youtube.com/watch?v=NioPRaUjfLY