A través de 80 firmas un grupo de sorianos piden al Ayuntamiento de Soria que detenga el uso de glifosato en la ciudad. En una carta enviada a los medios los vecinos solicitan al Ayuntamiento de Soria que siga los ejemplos de otras ciudades y «detenga de inmediato el uso de glifosato y de otros tóxicos y se una a las ciudades que apuestan por la renaturalización y por la salud de sus pobladores».
El comunicado de los vecinos comienza así: «Hace sólo unos días, paseando por la ciudad, vi un pequeño vehículo que recorría lentamente la calle. Portaba un depósito lleno de pegatinas de advertencia de peligro del que salía una manguera con la que un operario cubierto con una máscara de doble filtro, como con las que se protegen de la guerra bacteriológica en las películas de ciencia ficción, fumigaba los alcorques -los hoyos al pie de los árboles que sirven para retener el agua-. Su objetivo, aplicar un herbicida para eliminar las ‘malas hierbas’: el fatídico glifosato, potencialmente cancerígeno como demuestran numerosos estudios, que, recientemente, ha estado a punto de ser prohibido en la Unión Europea pero cuyo uso, finalmente, se ha prolongado por 10 años por las presiones del lobby químico-farmacéutico».
«Me surgieron al instante una serie de preguntas: ¿Tiene sentido esparcir por la ciudad un producto cuya aplicación requiere una máscara anti tóxicos? ¿Es necesario eliminar las “malas hierbas” utilizando un veneno tan nocivo para la salud humana y animal? Por esos lugares pasean familias, juegan los niños, husmean los perros… todos podemos ser afectados por el veneno», continúa.
«Pero, además, hay otra cosa que no es baladí: estos alcorques son pequeñas islas de biodiversidad. La diversidad de plantas, muy incorrectamente llamadas ‘malas hierbas’, mantienen poblaciones de insectos, son alimento de abejas y pequeños invertebrados que son, a su vez, comida para pájaros, y ayudan a la conservación de especies cada vez más amenazadas. Además, son nuestras aliadas en la lucha contra el cambio climático porque generan oxígeno y son sumideros de dióxido de carbono».
Además, en la misiva indican que algunas ciudades apuestan por la renaturalización urbana: «Ya son más de cien las ciudades españolas que se han sumado a la apuesta de mantener asilvestrados estos minúsculos pero valiosos enclaves. Girona, Alicante, Huesca, Valencia, Zaragoza, Vigo, Oviedo, Santander, Pamplona, Palma o Ponferrada son algunos de los ejemplos de consistorios que suscriben la denominada renaturalización urbana, abandonando el uso de pesticidas para fomentar la recuperación de flora y fauna en cada recodo de las ciudades».
«También la alcaldía de París ha publicado una nota de prensa reconociendo las “malas hierbas” como fundamentales para enriquecer la biodiversidad y la calidad ambiental y están haciendo una labor de pedagogía con la ciudadanía para que no considere su presencia como una negligencia municipal sino como una forma de restablecimiento de la biodiversidad y la calidad ambiental», explican.
Por ello, piden «al Ayuntamiento de Soria que siga estos ejemplos y detenga de inmediato el uso de glifosato y de otros tóxicos y se una a las ciudades que apuestan por la renaturalización y por la salud de sus pobladores».
Además, proponen algunas alternativas: «Se puede implementar el uso y mantenimiento de los alcorques por el vecindario plantando especies aromáticas o comestibles lo que asegurará una ciudad más inclusiva, más saludable y biodiversa. Y cuando las plantas anuales se secan, se pueden eliminar manual o mecánicamente».