Así se desprende de la investigación desarrollada en el estudio Life Soria Forest Adapt
Según Beatriz Oliver, de Global Nature, «la climatología prevista para dentro de 100 años no es compatible con muchas de las especies. Otras van a aparecer»
Yolanda de Gregorio, Delegada Territorial de la Junta de Castilla y León, explicaba que durante el foro se ha puesto de manifiesto la necesidad del trabajo conjunto que tienen que realizar todas las administraciones frente al cambio climático. Con el estudio Life Soria Forest Adapt «es necesario que trabajemos por los bosques y la gestión forestal. No solamente en materia de incendios, si no en materia preventiva» decía De Gregorio, añadiendo que hay que » trabajar, sobre todo, por el desarrollo sostenible».
Para ello apunta a que hay que mejorar en la aplicación de nuevas tecnologías por parte de los propietarios. En ese desarrollo tecnológico están destacando actualmente el uso de drones. Otro recurso utilizado es el de aplicaciones informáticas que permiten llevar un control sobre la masa forestal adecuada y cómo debemos llevar a cabo su aprovechamiento.
Yolanda de Gregorio también se ha dirigido a las empresas, a las que pide que «trabajen de la mano con nosotros». Y lo hace destacando las subvenciones que reciben, pero además, poniendo «a disposición todos esos bienes, esos terrenos forestales, en los que es necesario llevar a cabo una gestión sostenible, y esa apuesta por el CO₂. Necesitamos realmente que seamos ese referente».
Por su parte, Beatriz Oliver, coordinadora del Foro, y técnica de la Fundación Global Nature, ha destacado que el objetivo es mejorar la resiliencia de los bosques de Soria. «Ya podemos hablar de resultados. Pero como conclusión de este foro, en el que han asistido 100 personas de manera presencial, y consideramos que es todo un éxito, nos quedamos con el titular de resumen es que el trabajo de adaptación para los bosques tiene que ser de forma olística. En el que todos los tejidos sociales tienen que estar implicados. Desde la administración, las universidades, las empresas, o las entidades como la fundación Global Nature». Pero en ese listado también ha querido incluir a la población rural. Afirma que «está detectado como uno de los principales factores de riesgo de la conservación de los bosques el abandono de estas zonas rurales».
En cuanto a esos resultados, también ha explicado que el Life Soria Forest Adapt ha arrojado circunstancias interesantes. Indica a que los datos de la investigación avanzan que «la climatología prevista para dentro de 100 años no es compatible con muchas de las especies. Que otras van a aparecer en otros sitios. Es una información que ya tenemos modelizada en dos herramientas diferentes que son ForestAdapt Tool y FitoClim, con las que se obtienen resultados que a los técnicos les sirve de gran ayuda y soporte para tomar esas decisiones». Decisiones que según Oliver «se han de tomar ahora para que en el futuro los bosques hayan alcanzado una mayor resiliencia.» Esto es debido a que las decisiones en la selvicultura se tienen que tomar en un determinado momento, teniendo en cuenta que los resultados se obtendrán a muy largo plazo.
Oliver también ha reseñado que cuentan con catálogos e informes que versan sobre medidas adaptativas generales en recursos forestales, situación climatológica a futuro, almacenamiento de carbono, regeneración, informe fitoclimático de los bosques de Castilla y León o encuestas realizadas a la población. Esta última tiene una consideración importante, ya que denota según Oliver que «ya hay mucha sensibilidad en cuanto al cambio climático y esa necesidad de tomar medidas en la gestión forestal privada».
Pero, ¿Cuánto nos costará revertir esa situación de cambio climático en los bosques de Soria? (siempre y cuando, estemos a tiempo de hacerlo). Pues sobre esta cuestión también se ha preguntado a Beatriz Oliver. Ella indica que es una cantidad que tendrá que verse a largo plazo. «Ahora con esta información que tenemos lo que se está haciendo es trabajar con la administración para generar una serie de recomendaciones en la gestión». Además apunta que «cada plan de ordenación tiene que estimar qué necesita hacer en cada una de las situaciones, porque cada monte es totalmente distinto. Ahí es donde se podría ver qué necesidades económicas tendría».
José Antonio Lucas, Jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la JCyL en Soria, indicaba que «se han desarrollado todas potencialidades que en el proyecto se ha trabajado durante cuatro años. Creo que van a ser de mucha utilidad para gestores públicos y privados. También se han expuesto muchísimas experiencias nuevas que nos van a seguir ayudando. No nos podemos quedar parados». En este aspecto apuntaba a que «hay que seguir evolucionando, tanto desde el punto de vista tecnológico como de gestión».
Pero también ha puesto sobre la mesa el futuro de la financiación que hay que realizar en los montes. Lucas subraya sobre los nuevos mecanismos de financiación europea que «es el futuro. Que no sólo se invierta en forestaciones si no que se invierta en gestión forestal. Que no haya un mercado de créditos voluntarios sólo cuando se reforeste bosque. Luego hay que mantener esos bosques». Por ello apunta a que exista «esa posibilidad de cofinanciación, tanto a nivel de la Unión Europea como en cualquier foro de cambio climático a nivel mundial». «De poco nos sirve si creamos 80.000 hectáreas de bosque si luego no tenemos capacidad de hacer una selvicultura, de limpiarlos, de desbrozarlos» añade Lucas».
Finalizaba indicando que a los propietarios gestores forestales «nos gustaría que hubiera una reversión. Igual que al que contamina se le obliga a aportar una cantidad de dinero, o unos créditos de carbono, pues que el propietario gestor tenga una disponibilidad mayor de fondos para poderlos invertir en ese monte que cuesta mucho».