- El Colegio de Psicología de Castilla y León celebra este domingo el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez.
- El 15 % de los mayores de 65 años se ha sentido maltratado alguna vez, y en nueve de cada diez casos el origen es psicológico.
Más de 100.000 personas mayores en Castilla y León sufren maltrato, y en 9 de cada 10 casos tiene origen psicológico. Desde el Colegio de Psicología de Castilla y León (COPCYL) advierten a la sociedad de que existen actitudes que ellos perciben como maltrato en esta etapa de su vida y que los familiares o cuidadores suelen desconocer. El hecho de que no formen parte del día a día de sus hijos o familiares, que no se les permita tomar decisiones sobre su propia vida o que se les infantilice al sobreprotegerlos, son gestos que mellan su estado de ánimo y que los mayores sienten como maltrato. En vísperas del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, que se celebra este domingo 15 de junio, los psicólogos de Castilla y León recuerdan que el 15% de las personas de tercera edad padece maltrato por parte de su círculo más cercano, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
“El maltrato a las personas mayores es principalmente psicológico y social, y se hace palpable muchas veces en el aislamiento, la sobreprotección, la privación de autonomía o la falta de contacto humano”, señala el presidente del COPCYL, David Cortejoso, quien añade que “es fundamental acordarse de que los mayores siguen teniendo emociones y deseos”.
El maltrato que reciben las personas de edad avanzada es físico en el 13% de los casos, en un desglose que incluye tanto los golpes o empujones como las agresiones sexuales. El maltrato psicológico es el que más abunda, con un 45% de los casos, seguido de otros que también afectan a la integridad moral de la persona como el maltrato económico (26%) o la desatención (16%). Estos tres tipos, con más dificultad para ser detectados los daños físicos, agrupan el 87% de los casos de maltrato en la vejez. “El daño psicológico es considerado más grave y es menos visible y más difícil de detectar que el físico, afectando profundamente la autoestima y perpetuando el ciclo del maltrato”, señala Ana Belén Sánchez, vocal del COPCYL por Ávila y miembro del Grupo de Psicología del Envejecimiento del colegio profesional.
Sobreprotección familiar
“Las personas mayores perciben muchas actitudes edadistas, incluida la sobreprotección por parte de los hijos, que muchas veces se hace con buena intención, pero en la práctica se convierte en control y en anulación de sus propios derechos”, señala Ana Belén Sánchez, quien apunta que “como hijos hay que potenciar su autonomía y respetar cómo quieren vivir su vida los mayores”. “Esto incluye integrar a los mayores en la vida familiar o social y no dejar de informarles de eventos familiares importantes bajo la excusa de protegerlos, lo cual los infantiliza y les priva de su voz y capacidad de decisión, excluyéndolos de la dinámica familiar”, añade.
Los expertos hacen hincapié en la necesidad de prestar atención en momentos clave como la jubilación, ya que el cambio de rutinas y de dinámicas puede favorecer una pérdida de identidad. «En una sociedad que prima la productividad, hay personas que cuando se jubilan sienten una pérdida de su rol activo. Si uno mismo deja de sentirse útil y siente que su vida deja de ser significativa, puede aparecer la desesperanza y el riesgo de suicidio”, señala Sánchez.
Buenas prácticas para prevenir el maltrato
El COPCYL ha elaborado un decálogo de buenas prácticas con consejos para prevenir estas formas de maltrato que afectan a la población mayor de 65 años. Las medidas incluyen realizar visitas en persona a las personas mayores, compartir con ellas información importante para participar en la toma de decisiones, animar a seguir activos, facilitarles una red de apoyo y permitir que realicen tareas respetando sus limitaciones. “Respetar la autonomía, empoderar y validar emocionalmente a las personas mayores es clave para prevenir el maltrato, fomentar su protagonismo en sus propias vidas y mejorar su bienestar general”, concluye Ana Belén Sánchez.
