El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible ha adjudicado por 2,6 millones de euros (IVA incluido) el contrato de servicios para la actualización de los proyectos de trazado y constructivos de la Autovía A- 11 entre Castrillo de la Vega y el límite provincial de Valladolid, en la provincia de Burgos. El anuncio de esta adjudicación, previamente licitado, será publicado próximamente en la Plataforma de Contratación del Sector Público,
La Autovía del Duero constituye el eje vertebrador de gran capacidad de la cuenca del Duero, desde el límite oriental de Castilla y León en Soria hasta la conexión con Zamora y el Norte de Portugal.
La necesidad de actualizar los proyectos, como paso previo a su aprobación y a servir de base al correspondiente contrato de obras, viene determinada por los cambios aprobados en la legislación y en la normativa aplicable desde la fecha en la que se autorizó su redacción y a los ajustes de trazado realizados durante la tramitación ambiental.
Así, se plantea la ejecución de una nueva autovía A-11, del Duero, en variante por el sur del municipio de Peñafiel, que dispondrá de dos calzadas con dos carriles cada una.
El tramo objeto del estudio tiene una longitud aproximada de 12 km entre Castrillo de la Vega, donde enlaza con el tramo adyacente de la A-11 Conexión Variante de Aranda con la carretera N-122 en Castrillo de la Vega (actualmente en ejecución), y el límite provincial de Valladolid, donde continuará con el tramo contiguo Límite provincial de Burgos – Quintanilla de Arriba, cuyo proyecto de trazado y constructivo también se actualizará. El presupuesto estimado de las obras en este tramo es de 116 millones de euros.
En el tramo objeto del estudio, la conexión actual entre los municipios de Quintanilla de Arriba (Valladolid) y Castrillo de la Vega (Burgos) se realiza a través de la carretera convencional N-122. Actualmente, dicha carretera se caracteriza por contar con un tráfico muy elevado de vehículos pesados (en torno al 30%) que dificulta la circulación, ya que éstos circulan a menudo en forma de convoyes.
Esta circunstancia dificulta ciertas maniobras para el resto de los usuarios, como son el adelantamiento y el cruce. Como consecuencia, también se reduce la velocidad de la circulación, incrementando los tiempos y los costes del transporte, y afectando a la seguridad viaria, ya que las grandes dimensiones de los vehículos pesados dificultan o restringen la visibilidad para el resto de los vehículos.




