Después de disfrutar de cuatro días de fiesta en honor a la Virgen del Pino y San Roque, los visontinos ponían fin a sus fiestas celebrando su tradicional caldereta organizada por los chicos del Visontium. Reunidos en familia y en grupos de amigos, a la caída de la tarde subieron con bengalas, y acompañados de charanga, hacia el centro del pueblo.