Desde primera hora de la mañana, los sorianos se han ido acercando al cementerio del Espino a dejar flores y oraciones a sus difuntos. En este año marcado por el coronavirus, el camposanto muestra una cara muy diferente, ya que son muchos quienes han ido escalonando sus visitas durante toda la semana para evitar masificaciones y todos los que cumplen las medidas sanitarias, como el uso de mascarillas o la desinfección con gel hidroalcohólico antes de entrar al cementerio.