Ante el reciente anuncio de movilizaciones para el próximo día 11 de febrero convocadas por CCOO y UGT, la USO manifiesta:
Que, aun estando de acuerdo con gran parte de los argumentos que dicen justificarla, se trata de unas acciones que, a nuestro juicio, responden a un fracaso del actual modelo de diálogo social, tanto en su composición poco plural como por el desarrollo y el contenido del mismo.
Un diálogo social que, desde hace tiempo, solo es una foto: con documentos precocinados, visados por otras instancias antes de presentarlos; otras veces, inservibles, de simple declaración de intenciones, o de búsqueda del beneficio de los firmantes y no del conjunto de la sociedad.
La situación laboral de nuestro país lleva muchos años inmersa en una injustificada precariedad, especialmente de manifiesto en la temporalidad y parcialidad; devaluación salarial; abuso de la subcontratación; siniestralidad laboral; falta de calidad; y con una regulación obsoleta no acorde a las características y retos del presente y del futuro.
Es por ello que, desde USO, demandamos que todas las políticas que deben ponerse en marcha deben hacerlo desde el prisma del empleo y salarios de calidad como único camino para la reactivación y recuperación económica, mejora del sistema de protección social y garantía de futuras pensiones.
Asimismo, ese diálogo social no ha demandado ni ha sido capaz de poner en marcha las políticas que necesita a largo plazo nuestro país de cambio de modelo productivo; apuesta por la industria; la tecnología y la digitalización; políticas activas de empleo, en un sistema de formación para el empleo que sirva realmente para incorporar a los trabajadores al mercado laboral; mejorar sus competencias y fortalecer la capacidad de las empresas de nuestro país.
Se sigue con políticas de los 80, con las que sus miembros parecen estar cómodos, habiendo cometido errores durante estos años que ahora se evidencian aún más.
En la coyuntura actual, es necesaria una nueva legislación laboral mucho más amplia que los temas recurrentes con los que se lleva meses pedaleando. Asimismo, la reforma de las pensiones de 2011, avalada por CCOO y UGT y que aún está entrando en vigor de forma progresiva, ha supuesto de facto una reducción de los importes y de la capacidad de acceso a las mismas, sin abordarse su blindaje constitucional y su garantía para futuras generaciones, que es lo que desde USO defendemos.
De igual manera, la situación económica, laboral y social, requiere de grandes pactos de Estado en distintas materias, y de un ejercicio de responsabilidad política para no condenar el futuro, el progreso y el bienestar de las próximas décadas.
USO no puede sumarse a lo que consideramos un lavado de cara de lo que es también responsabilidad de los protagonistas de ese diálogo social, que nos han llevado, con todos esos grandes acuerdos, a ser líderes en paro, inestabilidad laboral y desempleo juvenil; a un incremento de la pobreza y de riesgo de exclusión social, junto a una pérdida generalizada de poder adquisitivo, dejando muy comprometido el futuro de las pensiones.
USO solicita un cambio profundo de ese modelo de negociación, que excluye a muchos millones de trabajadores que no se sienten representados por esos interlocutores universales y que está viciado de inicio.
Un cuarteto desafinado que, además, dialoga junto al Gobierno sin transparencia en cuestiones que deberían mostrarse de forma cristalina, ya que afectan a toda la sociedad. Palmeros a diario y desafectos los domingos.
Por todo ello, USO no secundará ninguna acción de los coprotagonistas de este fracaso. Y, desde su independencia y como tercera fuerza sindical en España, hará llegar al Gobierno su demanda de participación y sus reivindicaciones propias en distintas materias.
