Proliferan estos días voces interesadas que se están dedicando a subrayar que los precios de los cereales están subiendo y pintan un panorama exuberante y de color de rosa para los agricultores. Desde ASAJA Soria tenemos que decir que es cierto que ha habido ascenso de precios, pero nada extraordinario. La Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España ha apuntado en este sentido que, desde enero de 2021, los precios de los cereales se han elevado el 12,30 por ciento en la cebada; el 11,47 por ciento en el trigo blando; y el 2,77 por ciento, en el trigo duro. De lo que no se está hablando es de los precios tan bajos que había a finales de 2020, de que el grano no está en manos de los agricultores y que por lo tanto estas subidas no repercuten en lo que reciben los profesionales del campo.
Con ese panorama, se pone además en evidencia que esos repuntes no son más que una mera actualización que sigue sin ser suficiente y más si se tiene en cuenta la subida de los medios de producción. Sin ir más lejos, todo lo relacionado con el hierro y las piezas de recambio para la maquinaria, que está teniendo una subida exagerada, con lo que habrá que calcular muy bien el tiro. A este input, que es más importante de lo que parece en el día a día de nuestro trabajo, hay que sumar el encarecimiento de los abonos. La prueba está en que la urea acumula una subida interanual del 23 por ciento. Eche un vistazo más arriba en este artículo y comprobará que es el doble que lo que ha subido la cotización de la cebada, por ejemplo.
Los fertilizantes minerales representan para los productores de cultivos herbáceos hasta el 45 por ciento de los costes de insumos. Son imprescindibles, por lo que el agricultor o acata los abusivos precios que fija la industria, que funciona en la práctica como un monopolio, o son costes tan lesivos que desembocan en el cierre de las explotaciones. Los precios de los fertilizantes en la Unión Europea son mucho mayores que en otras regiones del mundo; y, a pesar de ello, los agricultores europeos, españoles y sorianos, y sus cooperativas, venden sus productos a precios del mercado mundial.
Algunas publicaciones ya están poniendo el foco en que se espera un incremento de los rendimientos, en 2021, en el trigo, la cebada y el maíz, frente a la media de los últimos cinco años como mínimo, un vaticinio que también hicieron el año pasado y la buena cosecha a nivel europeo y mundial se esfumó en el aire; algo que desde mi punto de vista parece buscar que los precios bajen. Se habla de cifras con vistas a lo que habrá finalmente en los remolques que rozan lo irracional, lo que a corto plazo provocará una gran volatilidad y me temo que esto no significa que el precio tienda a estabilizarse, sino que descenderá o incluso se desplomará.
Los que nos subimos al tractor esta película ya la hemos visto otros años, por lo que pedimos que por lo menos no vendan en la cartelera otra cosa, porque no sirve más que para crear un clima de opinión y de expectativas no acordes con la realidad que está sufriendo el profesional del campo a la hora de intentar vivir de lo que produce, que ciertamente es muy difícil, y a la hora de hacer cuentas al final de la verdadera rentabilidad de sus explotaciones.
A mí de todas formas es que me gustan muy poco las especulaciones y menos todavía los especuladores. Me gusta mucho más la hemeroteca, así que les invito a recordar lo que les ocurrió con el abono tras la campaña de 2008.
Mayo de 2021
CARMELO GÓMEZ SANZ
PRESIDENTE DE ASAJA SORIA