Cualquier persona dispondrá de un mes para alegar cuanto estime conveniente en relación al procedimiento de declaración como Bien de Interés Cultural del Casino de Soria.
La Junta de Castilla y León, a través de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, ha publicado en el Boletín Oficial de Castilla y León (BOCyL) el anuncio de información pública relativo al expediente de declaración del Casino Círculo de Amistad Numancia como Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Monumento.
De esta forma, la Junta inicia a partir de mañana un periodo de información pública de un mes con el fin de que cualquier persona pueda alegar cuanto estime conveniente en relación con el trámite de este expediente de declaración BIC.
El Casino Círculo de Amistad Numancia es uno de los casinos más antiguos de España, junto con los de Castellón, Murcia y Alcalá de Henares (Madrid). En 1961, dos instituciones centenarias, por un lado el casino de Numancia, con origen en 1848, y, por otro, el Círculo de la Amistad, creado en 1865, se unieron para conformar el Círculo de la Amistad Numancia, destinado a la “distracción y pasatiempo de las personas de buena sociedad”.
La proliferación de casinos en España se remonta al reinado de Isabel II (1844-1868), un periodo histórico caracterizado por el advenimiento del régimen liberal que favoreció la creación de este tipo de sociedades de cultura y recreo en todo el país, íntimamente ligados al ascenso de una nueva clase social, la burguesía, que encontró en estas instituciones un medio de ascenso y aceptación social.
La Sociedad Cívica, Cultura, Recreativa y Deportiva ‘Círculo de Amistad Numancia’ es una asociación privada, con personalidad jurídica propia y capacidad de obrar, sin ánimo de lucro. En la actualidad está formada por unos 1.200 socios que pagan una cuota mensual y se rigen por unos estatutos sociales, con asamblea de socios y una junta directiva.
El Casino ocupa un hermoso edificio de mediados del siglo XIX ubicado en la calle El Collado, una de las vías principales de la ciudad. Se trata de un inmueble que abre luces a dos calles y a una calle privada abierta en el interior de la manzana. Según la descripción realizada en 1909 por Lucinio Llorente, contaba con espaciosos y elegantes salones, sala de lectura y de billar y un pequeño teatro con capacidad para unos 500 espectadores, hoy desaparecido. En la actualidad conserva en buen estado su estructura original y no ha perdido su esencia.
En la primera planta, encontramos espacios tan emblemáticos como el salón ‘Gerardo Diego’, antiguo Salón Rojo, en el que destacan cuatro frescos en el techo realizados en 1901 por Julio del Val en alusión al heroísmo de Numancia, al amor, la ciencia y la enseñanza. Destacan igualmente los frisos corridos realizados a lo largo de las molduras en las vigas y casetones de su techo con relieves alusivos a las luchas entre celtíberos y romanos, así como el magnífico piano Steinway & Sons, situado sobre su estrado principal, y que fue el primero en España, cuya compra en 1886 costó 7.500 pesetas y dejó a la sociedad varios años endeudada.
Un pasillo rococó en el que destaca el magnifico cuadro ‘En el palco’, un retrato de una bailarina donado en 1929 por el pintor Maximino Peña, da acceso a un pequeño salón utilizado como comedor y bar. El antiguo teatro es ocupado en la actualidad por salas de juego. El acceso a la planta baja se realiza por una escalera de mármol de un solo tiro de 1960, donde se encuentran espacios como el salón de columnas o el salón de los espejos –en la actualidad conocido como salón ‘Antonio Machado’–, la sala de baile con vidriera en el techos del bar, la sala de lectura y la biblioteca, así como el zaguán de acceso.
En su interior alberga dos patios con claraboyas. Bajo una de ellas luce la hermosa vidriera del Salón de Baile. En la segunda planta se ubican varias salas de juego, y la única vivienda de alquiler de las que en su momento existieron y que se han ido recuperando para el Círculo. En la tercera planta se dispone el museo ‘Casa de los Poetas’, con espacios expositivos dedicados a figuras importantes ligadas a Soria y en concreto al Casino Circulo de Amistad Numancia, como Gustavo Adolfo Bécquer, Antonio Machado y Gerardo Diego, que nos ofrecen sus peculiares visiones de la ciudad y tierras sorianas.
El edificio presenta su fachada principal a la calle El Collado, en la actualidad de color rojizo, con soportales que enmarcan los tres huecos del salón de los espejos, donde se encuentra una escultura en recuerdo de Gerardo Diego, quien, entre otras actividades, impartió cursos de piano. La otra fachada, con salida de emergencia a la calle de La Económica, presenta cuatro amplios ventanales que iluminaban el antiguo teatro.
El casino ha estado presente en todas las facetas de la vida social soriana. Sus principales actividades eran la fiesta, el juego, la tertulia y la lectura. El juego tuvo un importante papel como fuente de ingresos. El tresillo, la malilla, el mus o el ecarté, junto a las damas y al ajedrez, eran los juegos más practicados, hasta que en los últimos años del siglo XX lo serían el bacarrá y el bingo. El billar fue desde el principio uno de los símbolos del casino, adquiriéndose en 1861 una magnifica mesa por 8.000 reales.
Los bailes de sociedad con pianos y orquestinas celebrados en San Juan, en la Feria Septembrina y también en Carnavales, Navidad y San Saturio, fueron muy apreciados. Fue célebre el pianista y compositor Damián Balsa, maestro de varias generaciones de sorianos.
No hay que olvidar que el origen de este casino tuvo lugar en la tertulia de la librería de Francisco Pérez Rioja. Algunas de las tertulias que allí se celebraban fueron muy conocidas, como la de los ‘Tutagracas’ o de los ‘Cráneos’, compuesta en los años 30 por intelectuales sorianos como Tudela, Taracena, Granados y Cabrerizo.
El casino fue el aglutinador de la vida cultural soriana, en aspectos como la ciencia, la pintura, el teatro, la música o el cine. El gabinete de lectura, constituía un fiel reflejo de la inquietud de esta nueva clase ilustrada burguesa. En sus primeros años se publica una hoja literaria, humorística y festiva, titulada ‘La Zambomba’, que tendría su continuación en ‘El Sátiro’ o ‘La Cotorra’, donde escribía el propio Gerardo Diego.
Uno de los máximos exponentes de la importancia de la lectura en los casinos, es la relevancia de sus bibliotecas. El de Soria atesora un fondo bibliográfico de gran valor que ha sido cedido en depósito al Archivo Histórico Provincial para su catalogación.
Junto a los valores culturales, artísticos, tradicionales, sociales, sentimentales y arquitectónicos que sin duda concurren en el inmueble, destacan especialmente los relacionados con su historia y significado. La singularidad y significación del casino de Soria como centro de sociabilidad formal permiten el estudio de la sociedad soriana en un periodo determinado de su historia, que resultaría difícilmente entendible sin esta institución.
Desde su fundación hasta nuestros días, el casino de Soria, vinculado a nombres tan relevantes de la cultura española como Antonio Machado o Gerardo Diego, alma mater del casino en los años 1921-1922, y otros como Juan Antonio Gaya Nuño, Manuel Ruiz Zorrilla, José Canalejas, Jesús Posada Moreno, Epifanio Ridruejo o Antonio Pérez de la Mata, se configura como un singular documento histórico fiel reflejo de la sociedad de su época.