Durante la jornada de ayer, miembros del Ayuntamiento de Almazán, agentes medioambientales, personal de la Confederación Hidrográfica del Duero y responsables técnicos de la empresa adjudicataria de la restauración del puente medieval se reunieron para avanzar en la planificación de la obra.
Concretamente, se estudiaron aspectos relacionados con las operaciones de acceso de maquinaria, tales como las vías de aproximación, la presencia de vegetación y las distintas corrientes de agua, cuestiones que condicionan la entrada de los medios necesarios al lugar de trabajo.
El alcalde de Almazán, Jesús Cedazo Mínguez, recuerda que «la obra es una actuación fundamental para la villa, dada la importancia patrimonial del puente y como vía de acceso y eje vertebrador de la población». Esta construcción, datada en el s. XII, tiene una longitud de 170 metros y anchura volada de 7,40 metros y en los últimos años se han manifestado deterioros importantes que ponen en riesgo su estabilidad a largo plazo.
El importe global de la obra asciende a 1,8 millones de euros y viene cofinanciado por el propio consistorio, el Ministerio de Política Territorial y la Diputación de Soria. El proyecto consta de dos fases que se ejecutarían en paralelo, la fase 1 dirigida a la consolidación de la estructura y restauración de fábricas del puente e instalación y reconducción de canalizaciones y la segunda, a trabajos preparatorios para la posterior construcción de la plataforma y conexiones con urbanizaciones existentes y acabado con barandilla e iluminación.
De acuerdo con la situación actual de caudales en el río, el comienzo de las obras en el puente medieval de Almazán se prevé inicialmente para los meses de verano y se prolongará por algo más de año y medio. Inicialmente no se plantea la necesidad de cerrar el tránsito por el puente, sino a limitar el paso de vehículos y sólo puntualmente se cerrará la circulación por esa vía.