Eva Muñoz, diputada de Servicios Sociales ha entregado la placa conmemorativa en Covaleda a Teófilo Jimeno Hernando que celebro su centenario el pasado 5 de marzo.
Teófilo Jimeno Hernando cumplió 100 años, el pasado 5 de marzo en Covaleda, el municipio donde nació.
La Diputada de Servicios Sociales, Eva Muñoz ha entregado la Placa Conmemorativa y el acta donde se refleja la partida de su nacimiento.
Teófilo Jimeno de familia ganadera es el tercero de cinco hermanos.
«100 años pesan mucho, pero he disfrutado a lo largo de todos estos años de buena salud y de toda mi familia», ha confesado el protagonista quien convive en casa con su mujer Mercedes de 89 años.
El protagonista es padre de Mercedes, Laura y Fernando y tiene seis nietos. «Algunos de ellos viven en Covaleda y pueden disfrutar de sus abuelos», confiesa Laura, una de las hijas quien también define a su padre como responsable, trabajador y preocupado por su familia.
«Recuerdo con cariño cuando de pequeños nuestro padre nos enseñaba matemáticas a través de una pizarra que él mismo construyó para motivarnos. Era como una competición», ha detallado Laura.
El centenario comenzó a trabajar muy joven.
«En aquellos años enseguida salíamos de la escuela para ayudar a la familia», ha explicado Teófilo que comenzó trabajando junto a su padre como pastor.
La época que más ha marcado a Teofilo fue aquella que se ganó la vida como carretero.
«Me marcó profundamente porque ya es un oficio que ha desaparecido. Nos encargábamos de sacar pinos y transportarlos de los montes a las fábricas, ha detallado el centenario, quién finalmente se jubiló siendo aserrador en una fábrica de madera.
Además de trabajador, Teófilo era una persona muy activa. Amante de toda aquella actividad que desempeñaba en su huerto, donde pasaba horas cuando llegaba de trabajar.
«Era como una forma de desconectar de todo, de evadirse para disfrutar de lo que realmente le gustaba», explica su hija Laura.
También le gusta pasear, ayudar a sus hijos, leer, sacar leña o pasar las horas con sus nietos.
Teófilo, desvela que la fórmula mágica para su longevidad, ha sido mantenerse activo sacando leña en el monte, cuidando del huerto y de las cabras, haciendo queso y en su tiempo libre disfrutando de su familia y de las partidas de mus con sus compañeros todos los domingos.
«Era una tradición. Nunca faltaba la partida de las tres de la tarde». Ha contado el centenario.
La pandemia generada por la enfermedad Covid-19 ha provocado, como en todos los ancianos, el alejamiento de su familia. Por ello, ahora está centrado en celebrar cada día como si fuera el último.