Eulalia Molinero, ha pasado a formar parte del pequeño número de personas que han cumplido un siglo de vida que ha transcurrido entre su pueblo natal de Miño de San Esteban, Madrid y ahora en El Burgo de Osma. La diputada Eva Muñoz le ha hecho entrega de la placa conmemorativa y pergamino con el acta de su nacimiento, y por su parte el alcalde de Miño de San Esteban, José Peñalba Sanz, le ha transmitido la felicitación de parte de la corporación y le ha hecho entrega de un pequeño obsequio.
Nacida el 12 de febrero de 1923 en Miño de San Esteban, Eulalia Molinero García, ha sido hoy felicitada al cumplir los cien años por sus familiares y también por los residentes y trabajadores de la Residencia San José de El Burgo de Osma, donde vive desde 2018.
Casada con Felicísimo, enviudó en 1974, tuvieron una hija, Ana Mari, que ya falleció, y tiene un nieto, Samuel, y un biznieto, Marco, que viven en Madrid. Trabajó en las tareas del campo en Miño de San Esteban y después en Madrid, como portera de un edificio en la calle López de Hoyos.
En esta celebración Eulalia ha recibido también la visita de la diputada del área de Servicios Sociales, Eva Muñoz, en nombre de la Diputación de Soria, y de José Peñalba, alcalde de Miño de San Esteban, quien ha querido personificar el cariño de sus vecinos, donde vivió hasta los 94 años después de jubilarse en Madrid.
Eva Muñoz le ha hecho entrega del pergamino con el acta de su nacimiento y de una placa conmemorativa por cumplir los cien años de vida.
En esta ocasión, ha sido su nieto Samuel quien ha hecho llegar a las trabajadoras de los Centros de Acción Social de la Diputación unas palabras dedicadas a su abuela:
Dª Eulalia Molinero García
Reina, empoderada, brillante, alucinante, jefa, admirada, soberana… todas esas palabras ahora tan de moda para describir a la mujer actual podemos decir que Eulalia lo fue ya en los años 70, ya que fue madre, abuela y trabajadora a la vez en Madrid. Es decir, fue una pionera.
Abandonó el pueblo muy pronto ya que al enfermar su marido no tenía muchas opciones en Miño, y aterrizó en un prestigioso barrio de Madrid donde la vida le tendría preparadas varias sorpresas para nada agradables, ya que tanto su marido como su hija fallecieron. Así que tuvo que asumir el trabajo de su marido y realizar a su vez el papel de madre del que escribe. Todo a la vez y todo con mucha energía.
Con la jubilación llegó el retiro dorado en su pueblo, con sus familiares y amigos de toda la vida y viviendo ya una etapa mucho más tranquila, aunque debido a su carácter, esa palabra no iba con ella y no paraba de realizar proyectos familiares.
Y por último su última etapa donde lleva 5 años en la Residencia de El Burgo de Osma, donde como no podía ser de otra manera en su vida ha vivido momentos intensos con la dichosa pandemia, aunque por fin parece superada esa etapa tan triste para todos y quizás ahora encuentre esa tranquilidad que nunca tuvo por unas cosas o por otras en su vida ya que como suele decir ella aquí «se lo dan todo hecho».