En esta producción, Carolina Muñoz y Carlos Rubio, ofrecen la riqueza cultural y paisajística de la antigua comunidad de villa y tierra de Almazán
«La Historia en Bicicleta», un nuevo documental publicado en YouTube donde el espectador podrá conocer un poco más de la provincia de Soria. En este nuevo recorrido titulado “Tesoros de Almazán”, parte de la de la espectacular plaza mayor de Morón de Almazán, considerada una de las más bonitas de España, deteniéndose en las localidades de Morón de Almazán, Soliedra, Perdices y en la propia Almazán.
En la Plaza de Morón, en una primera vista, quedan representados los tres estamentos que conformaban el antiguo régimen. Por un lado la iglesia de la Asunción, con su magnífica torre plateresca; un poco más abajo nos encontramos con la representación de la nobleza a través del palacio de los Mendoza, construido a principios del siglo XVI con un elegante aire renacentista y, finalmente, en la parte inferior el pueblo llano, representado por el edificio del concejo, un magnífico ejemplo de arquitectura civil del siglo XV.
En la plaza predomina el estilo gótico, característico del siglo XII hasta el XV.
La siguiente parada, Soliedra, donde se puede admirar el hermoso conjunto que forman su castillo, de origen islámico. Este estilo se entremezcla con el arte románico, de mano de la iglesia de la Asunción. Ambos edificios se encuentran separados por un barranco que sirve de protección al castillo. Este seguramente formaría parte del sistema de fortalezas y atalayas que mandó construir en torno a Medinaceli el general Galib por orden del califa Abderramán III.
De nuevo en ruta, entre los campos y tierras, aparece de repente la silueta de la bonita iglesia de San Pedro en Perdices, que ocupa un lugar privilegiado en el conjunto de la población. Carolina y Carlos destacan la forma del ábside poligonal, un caso único en el románico soriano y cuyas trazas apuntan ya al gótico, por lo que podemos fechar su construcción a mediados del siglo XIII. En esta iglesia, decorada con capiteles vegetales muy sencillos, llama la atención uno de ellos que a diferencia del resto presenta la lucha de seres monstruosos con aspecto de dragones, que nos indica la posible participación en la obra de moriscos recién convertidos y su ancestral aversión a la representación de la figura humana.
A seis kilómetros de aquí, «podemos divisar perfectamente desde Perdices, Almazán, que en árabe significa algo así como “la bien fortificada» comenta Carolina y Carlos, no hay olvidar que fue uno de los puntos fuertes de la línea defensiva del califato cordobés frente a los reinos cristianos.
Además, ha tenido mucho alternancia en cuanto a su posesión. Primero fue musulmana, luego leonesa, después de nuevo musulmana, posteriormente aragonesa y, finalmente, castellana. Entrando por una de las puertas de la muralla accedemos al casco antiguo y a su plaza mayor, donde destaca la imponente mole del palacio renacentista de los Mendoza, la época más floreciente de la villa y que fue elegida por los Reyes Católicos para que su primogénito y malogrado heredero, el príncipe Juan, se independizara y ejercitase en las tareas de gobierno.
Otra característica de Almazán fueron las numerosas parroquias que tuvo a mediados del siglo XIV, en total 12, en la actualidad solo conservan parcialmente su carácter románico tres de ellas: Santa María del Campanario, San Vicente y San Miguel. Esta última se encuentra situada en la misma plaza mayor y en ella llama la atención su cornisa que está soportada por unos arquillos trilobulados, un caso único en el románico soriano.
Y ya para finalizar esta visita Muñoz y Rubio se detienen en las dos esculturas que se encuentran ubicadas en esta misma plaza. Una ellas es la de Diego Laínez, natural de Almazán, o de una aldea muy próxima, y que fue compañero de estudios de San Ignacio de Loyola, con quién fundó la Compañía de Jesús. La otra estatua es la del Zarrón, un personaje muy popular de las fiestas en honor de San Pascual Bailón, patrono de los pastores. Inicialmente el Zarrón parece ser que abría y cerraba el cortejo en las procesiones procurando que nadie molestase a los danzantes, en la actualidad se limita a golpear con una zambomba a los mozos que recogen del suelo los caramelos que tira otro personaje llamado «mayordomo».
Curiosamente el Zarrón guarda un gran parecido con otro personaje llamado “Zangarrón” de la provincia de Zamora, en concreto en la localidad de Sanzoles. Aunque vestido de manera más estrafalaria el Zangarrón cumple la misma función que el Zarrón. Y así, junto al río Duero y a la caída de la tarde se despide «La Historia en Bicicleta» de esta nueva ruta, no sin antes aconsejarnos que no dejemos de comprar las afamadas yemas y paciencias de Almazán «que están para chuparse los dedos».