Monseñor Abilio Martínez Varea ha presidido la Santa Misa con la que la Diócesis de Osma-Soria y la parroquia de Almazán han querido inaugurar las obras de rehabilitación de la iglesia de Santa María de Calatañazor.
La intervención se ha prolongado casi un año y ha tenido un coste total de más de 200.000€, costeados por la parroquia de Almazán, la Diócesis y la colaboración de particulares.
La intervención en el templo ha tenido diferentes frentes de actuación. A nivel general se ha realizado la instalación de un nuevo sistema de calefacción a base de fancoils de suelo sectorizado por áreas según usos a fin de atemperar el templo.
Además, se ha aprovechado para sanear la subbase, dadas las patologías de humedad que presentaba. Así, en las capillas de los transeptos del crucero y el presbiterio se ha excavado la caja precisa para realizar solera drenante sobre encachado de grava y se ha realizado su pavimentación de nueva tarima de pino; el resto de la tarima se ha adecentado. Todo ello con el subsiguiente seguimiento arqueológico reglamentario.
El presbiterio, además, ha sido modificado aumentándose hacia la nave, colocándose la pila bautismal de piedra en el lateral de la Epístola. En esta pila bautismal recibió el bautismo Diego Laínez, nacido en Almazán, embajador papal en el Concilio de Trento y sucesor de San Ignacio de Loyola al frente de la Compañía de Jesús.
En continuidad con la evitación de las patologías higrotérmicas, se han tratado todos los zócalos picoteándose para incorporar tratamiento anticapilaridad hasta los 2 m. Se ha puesto en valor el antiguo acceso al púlpito del lado del Evangelio, rehabilitando su suelo y paramentos e iluminándose. En la capilla del transepto septentrional se ha instalado un nuevo retablo de la penitencia concebido para dedicar esta área a capilla penitencial, dedicándose el transepto meridional a capilla del Santísimo con la restauración del sagrario y su iluminación.
Además, se ha saneado el área de acceso meridional y se ha restaurado el portón de dicho acceso; ahí quedará instalada una rampa a fin de eliminar las barreras arquitectónicas mientras que se adecentará asimismo el portón occidental. Por último, se ha intervenido en la sacristía, en la que también se ha excavado la subbase para realizar la solera drenante sobre encachado de grava y nuevo pavimento de tarima de madera de pino. Además, su espacio se ha redistribuido para incorporar un aseo y el cuarto de comando de la instalación de calefacción; ello ha obligado a realizar nueva acometida de agua y gas, junto con las instalaciones de fontanería y saneamiento correspondientes. Finalmente, se ha saneado estructuralmente tanto muros como maderamen y se ha adecuado espacialmente de forma polivalente como sacristía y como eventual capilla de diario en invierno, cambiándose la carpintería exterior por nueva mejorando sus prestaciones térmicas.