La Consejería de Fomento y Medio Ambiente ha adjudicado, por un importe total de 29.733,93 euros, las obras de adecuación de calles del conjunto histórico de La Cuenca, en el municipio de Golmayo. El adjudicatario, Félix Salvador Delgado, cuenta con un plazo de ejecución de dos meses.
El proyecto, que fue adjudicado por un importe de 2.400 euros a Alberto Jiménez, define las obras necesarias para actuar en el pavimento y drenaje de varias calles de la localidad de La Cuenca, en las que es necesario acometer obras de adecuación al no presentar ningún tipo de pavimento, debido a las obras realizadas cuando se dotó al pueblo de las redes de abastecimiento y saneamiento. Por estas calles es difícil el tránsito peatonal y es necesario mejorar la accesibilidad y el acceso a algunos edificios, como es la iglesia. Las vías principales en las que se va a actuar, además de en los accesos, son: calle Travesía Real, calle Real, calle Camino del Prado y calle Fuente Somera.
Las obras que van a ejecutarse pueden resumirse básicamente en las siguientes actuaciones: preparación de la calzada de las calles en las que se va a intervenir, eliminando la zahorra y materiales con los que se ha intentado regularizar el firme desde que se acometieron las obras de saneamiento y abastecimiento, respetando los elementos existentes típicos; construcción de elementos de drenaje, sumidero transversal y conexión a colector municipal; y pavimentación según el modelo característico de La Cuenca (aproximadamente en doscientos metros lineales y una superficie de unos 905 metros cuadrados, con hormigón y piedra).
Conjunto Etnológico de La Cuenca
Declarado por la Junta de Castilla y León Bien de Interés Cultural, con categoría de Conjunto Etnológico, el 19 de octubre de 2006, La Cuenca es un núcleo representativo de una zona de transición entre los modelos de asentamiento del sistema ibérico y el valle del Duero caracterizado por las construcciones típicas de zonas serranas de gran altitud, en las que destacan las denominadas chimeneas cónicas pinariegas.
La Cuenca se sitúa al sur de la sierra de Cabrejas, integrante del Sistema Ibérico, en un anticlinal conocido geográficamente con ese nombre. Constituye uno de los conjuntos más notables de arquitectura tradicional, por su magnitud, integridad y perfecto estado de conservación, con un caserío que se ha mantenido prácticamente integro desde el siglo XVIII.
El núcleo urbano de La Cuenca se encuentra aislado, rodeado de extensas dehesas de sabinas, que son la base del gran desarrollo de la arquitectura de entramados de madera. La madera de sabina es utilizada por su dureza tanto en exteriores como en interiores, así como en elementos estructurales.
La vivienda presenta generalmente dos plantas, el piso bajo normalmente de piedra de mampostería y el superior entramado en todo o en parte. El cuajado de los entramados varía desde el adobe y tapial al ladrillo, piedra, encestado, etc.
La cubierta de la casa, generalmente de teja sobre una capa de ramaje o hierba seca, puede ser a cuatro aguas o a dos, achaflanada en uno de sus hastiales. Por debajo, el pajar, que a menudo se sitúa sobre la cuadra.
Por lo general, la vivienda tiene pequeños y escasos huecos, y en ocasiones galerías corridas con el balaustre a ras de fachada o volando sobre ellas, así como blasones de madera volados de palos torneados, rematados en un pequeño tejaroz.
En su interior, un espacioso zaguán de entrada con escalera que conduce al piso superior y en ocasiones con acceso directo a la cuadra. A través del zaguán se accede a la gran cocina, que generalmente presenta suelo de tierra apisonada o canto rodado, con el hogar directamente en el suelo o sobre una poyata de pequeña altura, sobre el que se sitúa la chimenea.
Es sin duda la chimenea el elemento más significativo de la vivienda, pues otorga un perfil inconfundible a estas construcciones. De grandes dimensiones, puede tener de dos a tres metros de altura y tres o cuatro metros de diámetro. Está formada por un encestado troncocónico de varas de enebro o sabina repelladas interior y exteriormente con una capa de barro o mortero de cal, y recubierta con tejas que, a modo de escamas, protegen de las inclemencias meteorológicas. Se remata con un copete formado por tres o cuatro tablas o tejas recortadas en punto de lanza, fijadas por abajo a un aro de madera situado sobre la boca de la chimenea y unidas en el extremo superior por una pieza terminada en punto o en una pequeña esfera.