Aunque los hogares más frecuentes son los formados por dos personas (el 24,3 % de la población), los unipersonales son los siguientes en la lista (10,3 % de la población). En Castilla y León, un tercio de los 1.018.000 hogares están ocupados por una sola persona (302.000), y la mitad (143.000) tienen más de 65 años. La soledad no deseada pasa factura psíquica y física a los mayores, por lo que desde el Colegio de Psicología de Castilla y León (COPCYL) aconsejan a los ciudadanos que se acerquen a sus vecinos que viven solos para ofrecerles ayuda si la necesitan. “Es muy duro, pero muchos de nuestros mayores temen morirse en soledad o no poder responder ante un accidente. El hecho de saber que sus vecinos están ahí es para ellos una tranquilidad impagable”, explica la responsable del grupo de envejecimiento del COPCYL, Ana Belén Sánchez.
La soledad estaba en nuestra sociedad antes de la Covid-19, pero esta pandemia ha visibilizado y disparado el número de personas que “se sienten solas” en todas las franjas de edad. “Entre las personas mayores, el cese de las actividades comunitarias a las que acudían para promocionar un envejecimiento activo, no sólo ha hecho que aumente su sentimiento de soledad, sino que ha provocado que aparezcan otras emociones como el miedo, ansiedad, tristeza y desesperanza”, explica la psicóloga.
CyL con más mayores solos de España
Los porcentajes más elevados de hogares unipersonales corresponden a las comunidades del Principado de Asturias (30,5) y Castilla y León (29,6), pero si consideramos sólo los hogares de personas mayores de 65 años que viven solas, Castilla y León lidera la clasificación con un 14,1% del total. Las consecuencias de la soledad en la salud de los mayores pueden ser físicas (debilidad en el sistema inmunológico, dolor de cabeza, problemas cardiovasculares, enfermedades de tipo óseo, insomnio…) o cognitivas (aumento del riesgo de demencia) y, en el plano psicológico, la soledad termina por provocar ansiedad, depresión, mayor consumo de alcohol y aumento de la probabilidad de muerte por suicidio.
“Estas Navidades serán diferentes y, en general, estarán unidas a soledad, tristeza y nostalgia, sobre todo entre la población más envejecida”, asegura Sánchez, quien señala lo importante que puede llegar a ser “transmitir a las personas mayores que nos rodean que no están solas”. Desde el Colegio de Psicología de Castilla y León advierten: “Es el momento de tomar conciencia, poner nuestra mirada en esas personas de nuestro entorno que vivirán con soledad estas fechas y actuar haciéndoles sentir que estás ahí”.
Pequeños gestos
La psicóloga Ana Belén Sánchez, que gestiona un programa de apoyo emocional a la soledad en el Ayuntamiento de Ávila, explica que “un pequeño gesto puede suponer mucho para las personas mayores solas”. “En el programa tenemos una mujer de 82 años que vive sola y no tiene familia. Ella expresaba el miedo que sentía cada noche y que se alimentaba de pensamientos como la posibilidad de enfermar o morir en la más absoluta soledad. Estas emociones se apaciguaron con la presencia de dos estudiantes vecinos de ella, que tocan a su pared para saber si se encuentra bien, la visitan, y hacen su compra cuando puede necesitarlo. A cambio, ella les hace bizcocho y comidas que les gustan”, cuenta Sánchez, quien añade: “Ahora ella duerme tranquila”.
El grupo de trabajo de envejecimiento del COPCYL explica qué herramientas pueden ser útiles para que los mayores que sufren soledad no deseada aprendan a redefinir este sentimiento. “Al tratarse de un estado neutro al que de forma personal le otorgamos un valor, podemos rediseñar la soledad”, explica la psicóloga abulense, quien anima a los mayores a “profundizar en el conocimiento de uno mismo e incrementar la autoestima”.
Cambiar el foco de atención
Los psicólogos recomiendan que se aproveche el tiempo en soledad para el cuidado de la mente, el cuerpo y la alimentación o para realizar aquellas cosas pendientes, además, buscar entretenimientos como la música, lectura, cine, pintar o coser y llevar un horario puede ayudar a convivir con la soledad. “Hay que cambiar el foco de atención y, en vez de pensar en todo aquello que no tienes este año, centrarte en todo aquello que sí puedes hacer o en lo que podrás hacer en unos meses”, explica Ana Belén Sánchez, quien anima a los castellanos y leoneses “a vivir estos momentos como un tiempo de paz, reflexión y autoconocimiento”. “Encontraremos respuestas en nosotros mismos que nos harán vivir de una manera más auténtica la vida que vendrá después de la Covid-19”, augura.
