El Río Duero Soria comenzó la temporada de la mejor forma posible al doblegar por un claro 3-0 a un siempre complicado Textil Santanderina. Los de Sevillano logran de esta forma reafirmarse en el trabajo realizado de la pretemporada y lograr una confianza que se antoja imprescindible para abordar una de las campañas que se antoja más abiertas y reñidas de los últimos años. En una situación totalmente distinta queda el conjunto dirigido por Marcelo De Stefano, que se vio doblegado en un equilibrado primer set, pero que no logró en los siguientes parciales alcanzar el mismo volumen de juego ni el ritmo suficiente para poner en dificultades al cuadro celeste en un choque en el que prácticamente hubo que colgar el no hay billetes en taquilla, a tenor de la reducción de aforo de las medidas anti COVID-19.
El primer parcial fue el más equilibrado y emocionante. Primer duelo de la temporada, los nervios eran patentes en ambos bandos, con pocas ganas de correr riesgos y cometer errores. Sería el equipo cántabro el que comenzaría con una pequeña ventaja en el marcador que no tardaría en neutralizar el conjunto local (4-4). Darían la alternativa en el marcador los sorianos, pero siempre con escasas diferencias. Las maquinarias ofensivas de ambos equipos todavía no estaban a pleno rendimiento, pero los bloqueos de Levandoski y la inspiración de Luis Martín mantenían el bagaje visitante, ante la versatilidad de herramientas del cuadro local. Intentarían distanciarse los sorianos (16-13), pero los visitantes aguantaron el pulso (22-20) hasta la recta final, cuando el Río Duero Soria pisó el acelerador tras un tiempo muerto de Sevillano sin encontrar, esta vez, resistencia (25-20).
La gestión del final de set había generado algunas dudas en los visitantes y les iba a hacer daño en la segunda manga. El Río Duero Soria se mostraba más tranquilo, jugando con la iniciativa del marcador. Los saques de Folguera, Manu y Osorio comenzarían a poner en aprietos a la recepción visitante, obligando a De Mello a jugar muy incómodo, sin encontrar a sus centrales y cargando el juego en su opuesto y en Almeida, lo que permitiría leer mejor el juego a la defensa local. Fruto de los diferentes factores el Río Duero se escapaba en el marcador (17-10) sin que hubiera ningún cambio de guión relevante hasta el desenlace (25-18).
La batalla anímica parecía decantarse de forma favorable para los locales, pero restaba comprobar el desarrollo del tercer set. El 6-2 local refrendaba dicha teoría, y De Stefano buscaba cambiar la dinámica con un tiempo muerto, que acabaría dando buenos resultados (12-12). No obstante, el equipo local se mostraba sólido, con Villalba en claro crecimiento y Folguera presumiendo de central con Alberto Salas. La iniciativa en el marcador era soriana y la renta, cada vez mayor, acabaría siendo una losa insalvable para el cuadro cántabro (25-17).
