El subdelegado ha recordado que, según el Plan Hidrológico Nacional, las instituciones que deben actuar en los “tramos urbanos” son las competentes en materia de ordenación del territorio y urbanismo, “es decir, los ayuntamiento y la Junta”.
En la zona en la que se está actuando hay cantidad de vegetación arbórea en el interior del cauce, lo que ocasiona tapones que no dejan circular el agua. Además, existe un exceso de vegetación arbórea seca o en mal estado, con el consiguiente riesgo de caída sobre el cauce. Del mismo modo, en las márgenes del cauce, el exceso de densidad de vegetación provoca que, debido a la competencia por la obtención de luz existente entre los diferentes ejemplares, se produzca una elevada mortandad de los ejemplares dominados que puede provocar su caída sobre el cauce o las fincas colindantes. Todo ello, supone una reducción en la sección del río que puede originar desbordamientos y provocar inundaciones que tratan de minimizarse con los trabajos que se llevan a cabo desde principios de este mes de julio.
Para evitar, en la medida de lo posible, que esto no ocurra, es necesario el acondicionamiento y recuperación ambiental del cauce y de su ribera mediante labores, que comenzaron a principios del mes, de tratamientos silvícolas manuales como podas, eliminación de árboles inclinados, puntisecos, en mal estado vegetativo y la retirada de tapones. Una vez realizados estos tratamientos, se estimará lo necesidad de realizar otras labores complementarias en el cauce.
MEJORA DE LAS CONDICIONES HIDROLÓGICAS
Ésta es una de las 18 actuaciones que TRAGSA ha realizado hasta la fecha en la provincia de Soria con cargo al presupuesto plurianual, entre 2018 y 2020, de la Confederación Hidrográfica del Duero para la implantación de medidas de mejora de las condiciones hidrológicas de cauces en la provincia de Soria. El gerente provincial de esta empresa pública ha acompañado a Latorre en la visita.
Según ha explicado el subdelegado, “la estrategia de actuaciones en cauces para la mejora del estado de las masas de agua de la cuenca del Duero y de la conectividad fluvial constituye una herramienta necesaria para mejorar la gestión de los ríos y la conservación y recuperación de los ecosistemas fluviales.
En buena parte de estas actuaciones se recupera la vegetación típica de las riberas en los espacios abiertos para lo cual se realizan plantaciones. Se disminuye la altura de las orillas y se reduce la pendiente de los taludes laterales del cauce. También se retiran los materiales alóctonos, impermeables, escombros o basuras existentes en el perfil de los suelos de las riberas. A veces es necesario reconstruir las formas primitivas y de trazados antiguos del río, mediante la excavación de los meandros y el movimiento de tierras necesario para alcanzar la morfología deseada. Hay que hacer igualmente podas, desbroces o retirada de árboles, entre otras cosas, junto con la retirada de tapones y obstáculos sobre el cauce.
En resumen, y en palabras de Miguel Latorre, “lo que normalmente se realiza son tratamientos silvícolas consistentes en la eliminación de vegetación muerta o de árboles que se encuentran en el cauce impidiendo la circulación correcta del agua lo que provoca tapones”. Además, “se hacen plantaciones de árboles, arbustos o estaquillas en las riberas”.
OBRAS DE EMERGENCIA
El subdelegado ha explicado que, además de estas actuaciones en cauces programadas y que se van realizando con cargo a un presupuestos global, hay otras de emergencia “a las que estamos abocados porque, por ejemplo, un árbol amenaza con caerse y provocar daños en viviendas o se forma un tapón que puede provocar una inundación en un núcleo de población”. En estos casos, “la actuación se realiza por la vía de urgencia aunque poniéndolo en conocimiento de Medio Ambiente”.
Así, durante el último medio año TRAGSA ha realizado actuaciones de este tipo en 21 ríos y arroyos de las localidades de Morón de Almazán (en el arroyo Soliedra y en el río Morón), Buberos, Blacos, Valdenarros, Pedrajas de San Esteban, La Olmeda, Ucero, Valdelubiel, Berlanga de Duero, San Leonardo de Yagüe, El Burgo de Osma, Santiuste, Blacos, Carbonera, Andaluz, Almajano, Ausejo de la Sierra, Las Cuevas de Soria, Aldehuela del Rincón y Almazán.
Miguel Latorre ha aprovechado para recordar que “en los tramos urbanos, las actuaciones en los cauces públicos corresponden a los ayuntamientos y las comunidades autónomas, que son las administraciones competentes en materia de ordenación del territorio y urbanismo. Previamente deberán requerir la autorización administrativa de las confederaciones hidrográficas, tal y como establece el Plan Hidrológico Nacional”.