La directora general de Mujer, Ruth Pindado, ha visitado las instalaciones de la Fundación Aldaba – Proyecto Hombre en Valladolid, donde ha tenido la oportunidad de conocer el trabajo que realiza esta Fundación, dedicada desde el año 1996 a la promoción de la salud y el bienestar de las personas en riesgo de exclusión y en situación de vulnerabilidad prestando especial atención a mujeres afectadas por drogodependencia y otras adicciones.
Pindado ha conocido el trabajo de los profesionales y voluntarios implicados en los programas que lleva a cabo la fundación, especialmente en el programa ‘Frida’, iniciado en 2018. Se trata de un proyecto específico para mujeres que adopta el nombre de la famosa pintora mejicana Frida Kahlo, considerada por muchos un símbolo de la defensa de la identidad femenina. El programa atiende a mujeres consumidoras de drogas, aquellas con enfermedad mental o discapacidad asociada al consumo de esas sustancias, a mujeres que se encuentren en dificultades de inserción sociolaboral y a quienes sufren conflictividad familiar, violencia de género y cualquier tipo de violencia en el ámbito doméstico, y su objetivo es empoderar a las mujeres para que tengan una vida autónoma y desarrollen un estilo de vida saludable sin drogas.
Para lograr ese empoderamiento se apoya a las mujeres en la búsqueda de nuevas maneras de afrontar sus vidas, buscando y descubriendo nuevas alternativas de respuesta ante sus problemas, rescatando recursos que tienen las propias mujeres pero que, en ocasiones, han caído en el olvido y que hay que ayudar a recuperar. Desde su nacimiento se han atendido a más de 50 mujeres con una edad media de 35 años.
El programa ‘Frida’ se centra en la atención a mujeres con adicciones ya que como señala la Fundación Aldaba – Proyecto Hombre, “los motivos que impulsan a las mujeres al consumo de drogas y el tipo de drogas que consumen son diferentes que en el caso de los hombres, lo que exige un tratamiento y una atención específicos”. Las mujeres consumen principalmente alcohol, tabaco y psicofármacos con la esperanza de evadirse de problemas emocionales y de sobrecarga física, laboral y familiar. Todo ello en ausencia de un espacio para su desarrollo personal.
El Programa Frida trabaja de forma presencial, de manera que las mujeres que acuden en busca de apoyo se reúnen tanto en grupo como individualmente, pero aunque la atención telemática se ha utilizado en ocasiones para atender a mujeres que estaban en riesgo, ha sido ahora, con la irrupción de la COVID-19, cuando se ha convertido en imprescindible, dada la imposibilidad de prestar una atención directa a las mujeres. Esta circunstancia ha obligado a utilizar nuevas fórmulas de trabajo grupal vía telemática, para lo que ha hecho necesario impartir formación tecnológica mediante tutoriales y formaciones a distancia para reducir la brecha digital. Desde la Fundación Aldaba – Proyecto Hombre destacan que esta nueva mecánica ha funcionado bien y que la mayoría de las mujeres se mantuvieron abstinentes y con un bajo nivel de conflictividad familiar. La atención telemática y la consiguiente formación en nuevas tecnologías ha abierto, además, una vía que permitirá atender a las mujeres rurales sin las dificultades que implicaban los desplazamientos al centro.
La visita ha resultado muy positiva pues ha permitido compartir el conocimiento adquirido por la Fundación Aldaba, a través del Programa Frida, y el de la Dirección General de la Mujer en su trabajo de mejora permanente de los recursos y servicios con los que se da una respuesta individualizada a cada mujer víctima de violencia de género. La Dirección General de la Mujer trabaja, además, en la especialización para víctimas de violencia de género especialmente vulnerables, entre las que se encuentran las víctimas con problemas de drogadicción, con la se busca dar una respuesta integral ante esta doble vulnerabilidad.
