La Diputación de Soria ha querido unirse al homenaje por el centenario de Raimunda Vivaracho, con la presencia de su vicepresidente, Enrique Rubio, quien le ha entregado una placa conmemorativa en reconocimiento a su trayectoria y legado.
Rodeada de sus hijos, nietos y su bisnieto, Raimunda ha disfrutado de una jornada emotiva y llena de recuerdos en Berlanga de Duero, la localidad que la vio nacer.
Hoy, Berlanga de Duero rinde homenaje a Raimunda Vivaracho Giménez en la celebración de su centenario, un día que ha reunido a familiares, amigos y vecinos. Entre ellos, el vicepresidente de la Diputación, Enrique Rubio, también ha asistido al emotivo acto para entregarle la placa conmemorativa y compartir con ella este día tan especial.
Este 100 cumpleaños de Raimunda se ha celebrado en la Residencia Nuestra Señora del Mercado de su pueblo, donde sus compañeros han pasado este día junto a ella.
Raimunda nació el 23 de enero de 1925 en Ciruela, hoy anejo de Berlanga de Duero, en el seno de una familia humilde pero trabajadora. Sus padres, Policarpo y Evarista, tuvieron siete hijos, de los cuales solo ella y su hermana menor, residente en Almazán, sobreviven en la actualidad.
Su infancia estuvo marcada por la sencillez y el esfuerzo, con un padre dedicado al pastoreo y a diversas labores para mantener el hogar, y una madre enérgica que, además de cuidar a su familia, trabajaba en distintas casas de mayor poder adquisitivo.
De hecho, su madre, Evarista, también alcanzó una longeva vida, falleciendo después de cumplir los cien años.El destino llevó a Raimunda a Berlanga de Duero, donde formó su propia familia junto a Gregorio Molina, con quien se casó tras el fallecimiento de la primera esposa de éste, Lucía. Juntos criaron a tres hijos: Angela, fruto del primer matrimonio de Gregorio, y sus dos hijos en común, Sotero y Félix.
Mujer de carácter inquieto y trabajador, Raimunda compaginó el cuidado de su hogar y de su familia con las exigentes labores del campo. Su casa de labor no solo se centraba en el cultivo de cereales y regadío, sino que también incluía viñedos, hortalizas y frutales.
Además, para complementar la economía familiar, se dedicó a la cría de ganado porcino y contaba con dos vacas de leche.Tras enviudar el 30 de agosto de 1986, Raimunda continuó su vida en Berlanga junto a su hijo menor, Félix. Su espíritu abierto y comunicativo la convirtió en una vecina querida, manteniendo siempre una gran relación con los habitantes de Berlanga y de los pueblos cercanos.
Una de sus mayores satisfacciones era asomarse a «su balcón», donde disfrutaba conversando con quienes pasaban por la calle, un gesto que refleja su carácter cercano y entrañable. Aunque su estado de salud general es bueno, la edad y algunas caídas han reducido su movilidad, por lo que actualmente reside en la Residencia de Nuestra Señora del Mercado de Berlanga. Allí sigue mostrando su espíritu vivaz, charlando con el personal y los demás residentes, y preguntando siempre por su biznieto, Martín, al que cariñosamente se refiere como «ese».
En este día tan especial, Raimunda está acompañada por sus hijos Félix y Sotero y su esposa Amparo, por sus nietos Sonia e Iván, su biznieto Martín, así como por Angelita, hija de Gregorio, junto a su esposo Tomás y sus hijas Maribel y Ángela. Una celebración entrañable para una mujer cuya vida ha sido ejemplo de esfuerzo, carácter y amor por su familia y su tierra.
