La Comisión de Patrimonio de la Junta de Castilla y León en Soria ha conocido el informe de resultados de la excavación arqueológica de la V campaña de excavación en el Complejo Palacial de Los Marqueses de Berlanga, en Berlanga de Duero, promovido por la Asociación de Amigos del Castillo de Berlanga.
Los resultados obtenidos en las pasadas campañas de excavación realizadas desde 2016 permiten conocer algunas de las principales zonas de interés del palacio, como el zaguán, el patio, la escalera monumental, el oratorio con la sacristía o el trascuarto y el pretil. La V campaña de excavación se ha centrado en otro de los edificios del conjunto palacial, la Caballeriza, un edificio construido en torno a 1556 por Iñigo Fernández de Velasco y Tovar, II Marqués de Berlanga.
Se ha trabajado junto al muro occidental de la Caballeriza, única pared que se conserva integra del edificio, con la finalidad de documentar las pesebreras de la zona occidental, y también, en un segundo sondeo, con el objetivo de localizar la fachada y puerta principal de la caballeriza.
En la primera localización se ha documentado un suelo totalmente empedrado correspondiente al interior del edificio. El suelo está compartimentado por líneas de losas de caliza dispuestas paralela y perpendicularmente al muro occidental de la caballeriza. Ello ha permitido diferenciar dos calles principales en el edificio a modo de naves, que discurrían de norte a sur y estaban separadas por columnas, de las que se mantienen los negativos de los pies derechos o basas. En función de estos datos y por comparación con otros edificios del siglo XVI, interpretan que el edificio tuvo tres naves, siendo la calle lateral occidental la que se ha sacado a la luz, de la cual se ha descubierto todo el ancho y la calle central de la que tan solo se ha documentado algo más de un metro de anchura.
Adosadas a la pared se disponían las pesebreras donde se alimentaban los animales, estaban muy bien ejecutadas, con piedra caliza y apoyan sobre un banco corrido realizado con sillería. Entre las pesebreras hay unas piezas con dos orificios que se han interpretado como mechinales para la colocación de puntales para soportar el piso superior donde estaría el granero. Aprovechando dicha estructura se levantaría un entramado de madera donde se depositaría el forraje.
El segundo sondeo ha permitido definir los límites del edificio y conocer el punto de acceso a la caballeriza, confirmando así lo que el plano de Antonio de Perero indicaba. La puerta coincide con el trazado de la nave central de la misma, lo que parece reforzar la teoría de que este edificio poseía 3 naves separadas por postes o columnas de madera. El edificio podría ser parecido a las caballerizas del Palacio de Viana en Córdoba.
Esta cata ha permitido conocer la continuación del muro de la fachada de las caballerizas y sacó a la luz el pavimento existente en el exterior del edificio.
Parece que el edifico fue desmontado después del incendio del palacio en el siglo XIX, siendo su piedra aprovechada posiblemente en el edificio que se adoso a la fachada del palacio.
Entre los escasos materiales arqueológicos recuperados destacan los fragmentos de cerámica común vidriada destinada a cubrir las necesidades cotidianas del palacio y de producciones de lujo de Loza Verde-Manganeso y Loza, que ponen de manifiesto la relevancia del palacio. Por otra parte, se han documentado restos descontextualizados de cerámicas celtibéricas que siguen poniendo de manifiesto la importancia del núcleo protohistórico de la vieja Berlanga.