El cuadro soriano se ve superado y cae 1-3 en Los Pajaritos
El Rotogal Boiro forzó la tercera derrota consecutiva de Río Duero Soria en esta Superliga masculina de voleibol. Los gallegos tomaron la medida a los sorianos desde el inicio, mandaron siempre en el marcador y fueron elevando su nivel de juego hasta dejar a los locales sin capacidad de reacción. La solidez y regularidad de los coruñeses contrastó con los errores del cuadro soriano (1-3).
El encuentro fue tremendamente emocionante e intenso, dejando un gran espectáculo al público. Aunque hubo mucha igualdad, en términos generales, la dinámica del choque discurrió siempre de una forma similar, con iniciativa de los gallegos en el marcador y un Río Duero que siempre remaba contracorriente. Así, tras el 4-4 inicial, el cuadro visitante logró abrir brecha en el marcador por primera vez aprovechando una rotación en la que contaba con Moreno y Gallego en el bloqueo. Los 1,96 del colombiano y 2,04 del argentino iban a ser una losa para el ataque soriano durante todo el duelo (8-11). El tiempo muerto de Sevillano daba sus frutos y los sorianos se rehacían para dar la vuelta al marcador (14-12). Osorio mostraba su nivel de juego y su equipo lo agradecía en forma de ventajas, que acabarían en el 22-22. A partir de entonces el intercambio de golpes sería magnífico, el set pudo caer de cualquier lado, pero los gallegos se mostrarían más inspirados y definirían con 26-28.
En el segundo acto continuaría el equilibrio, pero, aunque la manga se acabaría decantando por el bando local, lo cierto es que comenzaron a quedar patentes algunos aspectos del juego que iban a marcar el duelo. Por un lado, Boiro se cobraba ventajas en el marcador de dos o tres puntos (6-8) y aunque el Río Duero Soria se mostraba aguerrido y predispuesto para neutralizar la renta, cuando lograba amenazar la superioridad rival (17-18), no tenía la regularidad suficiente para mandar en el marcador y perdía con celeridad lo que tanto esfuerzo le había costado conseguir (17-22). Las cosas no iban bien en los sorianos y Sevillano buscaba un revulsivo en el banquillo, con Olalla de opuesto por Osorio. La fórmula dio resultado, porque el canterano se echó el equipo a la espalda y sus ganas contagiaron al equipo, dando aire e impulso suficiente para endosar un parcial de 3-0 en un momento clave (24-24). A estas alturas de set, de nuevo el duelo se tornaba en una lotería, pero en esta ocasión la inercia de Olalla guiaba a los celestes hasta el empate (28-26).
El resultado estaba abierto, pero el guión del tercer set, similar al del segundo, volvía a poner contra las cuerdas al cuadro de Sevillano (6-9). A partir de este momento, el mismo tira y afloja, con los sorianos buscando la igualada, rozándola (19-19), para después, dar varios pasos atrás y meterse en problemas. Sin la inspiración de Osorio del primer set, ni la de Olalla del segundo, el cuadro celeste quedó sin argumentos ofensivos, mientras Boiro se mostraba sin fisuras, y con soluciones fiables en todas sus líneas, especialmente con un activo Benavidez, un eficiente Fernández y un Gallego infalible (19-25).
Los malos síntomas sorianos del final de set anterior tuvieron continuidad en el último parcial. Tras el espejismo del 5-5 inicial, Rotogal Boiro volvía a adelantarse. Esta vez, con confianza, sin dudas y sin dar pie a la reacción soriana. Juan Pablo Moreno se otorgaba un papel estelar, mostrándose una pesadilla en el bloqueo y un arma imparable en el ataque, desarmando al cuadro que tenía en frente. Con la confianza guiando los pasos visitantes, al Río Duero, que llevaba todo el partido remando contracorriente, acabó por sucumbir sin que Folguera, que sería relevado por Lorente, pudiera encontrar las soluciones que, en el otro lado, Bitar encontraba con habilidad y fluidez (18-25).
