Antaño, cuando los jóvenes cumplían 18 años, se producía uno de los momentos más importantes de su vida: pasaban de niño a hombre y podían ser llamados a filas. Hoy en día los quintos ya no deben cumplir con el servicio militar obligatorio, pero Tardelcuende mantiene esta tradición celebrando un «concejo» o merienda a la que todo el municipio está invitado. Música, buen ambiente y una vajilla que sólo se utiliza una vez al año desde 1903 para una ocasión tan especial ¡No te la pierdas!