- Dos menores fueron trasladados en la tarde de ayer al Hospital Universitario de Burgos y cuatro adultos se encuentran en el Hospital Santa Bárbara
Salud Pública de Castilla y León ha comunicado seis casos confirmados por una toxiinfección alimentaria (salmonelosis) en la capital. Las encuestas y estudios epidemiológicos realizados apuntan a que el brote pudo producirse por el consumo de tortilla, el pasado día 1, en dos establecimientos de la capital. No obstante, el producto se habría cocinado únicamente en uno de los establecimientos donde se consumió, desde el que también se habría trasladado parte, una vez elaborado, al segundo.
Los Servicios Veterinarios de Salud Púbica está realizando, desde la jornada de ayer, las inspecciones precisas para comprobar las condiciones higiénico sanitarias en las que se han elaborado los productos consumidos por estos pacientes, así como las condiciones en las que fueron trasladados al segundo de los establecimientos.
Los afectados son dos menores y cuatro adultos. Los dos menores ingresaron en el Hospital Santa Bárbara en la jornada del viernes y en la tarde de ayer fueron trasladados al Hospital Universitario de Burgos (HUBU), donde permanecen ingresados en la UCI pediátrica.
Respecto a los cuatro adultos (dos mujeres y dos hombres de entre 31 y 51 años), uno de ellos ingresó el viernes y los otros tres en la tarde de ayer. Uno de ellos se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), si bien su evolución es favorable, otros dos en el Servicio de Medicina Interna, también con evolución favorable, y el cuarto permanece en observación en el Servicio de Urgencias, a cargo de Medicina Interna, con el mismo pronóstico de evolución favorable.
Salmonelosis
Casi la mitad de las toxiinfecciones alimentarias cuyo agente etiológico se identifica están causadas por bacterias del género Salmonella, dando lugar a la denominada salmonelosis, enfermedad con sintomatología mayoritariamente de tipo gastrointestinal y en algunos casos especialmente grave.
Muchos alimentos, particularmente los de origen animal, son vehículo de este patógeno al hombre, principalmente durante el verano, época en la que se registra un mayor número de brotes de enfermedades de origen alimentario causadas por el consumo de alimentos aparentemente en buen estado pero contaminados por la bacteria que encuentra durante los meses de más calor las condiciones óptimas para su desarrollo. Igualmente existen otras bacterias que pueden producir brotes con sintomatología gastrointestinal.
La salmonella es un germen que puede encontrarse con frecuencia en los alimentos, el agua y el medio ambiente contaminados con heces procedentes de animales o personas infectadas. Las bacterias pasan a los alimentos a través de manos sin lavar, superficies de trabajo sucias o de otros alimentos crudos, contaminados o insuficientemente cocinados.
Los huevos y sus derivados poco cocinados o crudos (mahonesas, clara batida, y cremas), las carnes, especialmente de ave, y el pescado, son los alimentos más frecuentemente contaminados, aunque la salmonella también puede encontrarse en marisco y otros alimentos.
Consejos prácticos para evitar la Salmonela
Aunque todas las recomendaciones para prevenir estas toxiinfecciones están disponibles en el Portal de Salud de la Junta de Castilla y León (https://www.saludcastillayleon.es/es/seguridadalimentaria/consejos-practicos-evitar-salmonelosis), pueden indicarse estos cinco consejos prácticos, a los que habría que añadir el de la prudencia a la hora de consumir alimentos.
Hábitos de compra: las carnes, pescados y productos de repostería deben estar refrigerados. No deben admitirse huevos sucios, rotos o sin fecha de consumo.
Almacenar alimentos. Deben almacenarse racionalmente y refrigerar las carnes, pescados y mariscos lo antes posible después de la compra. Debe evitarse que las carnes escurren sobre otros alimentos.
Higiene personal. Hay que ser muy cuidadoso con la higiene personal y especialmente en caso de padecer diarrea. Comprobar que las superficies, recipientes y utensilios en contacto con alimentos estén limpios antes y después de cada uso. Hay que lavarse las manos con agua caliente y jabón al inicio de la jornada de trabajo, después de ir al servicio y siempre antes de preparar o servir alimentos. En este mismo sentido, debe tenerse especial cuidado con la higiene de los niños que jueguen con mascotas.
Extremar las precauciones al preparar la comida. No deben romperse los huevos en el borde de los recipientes donde se vayan a batir. No hay que separar las claras y las yemas con la propia cáscara del huevo, hay que cuajar bien las tortillas y la mayonesa debe prepararse con la máxima higiene.
Conservar la comida adecuadamente. No deben ponerse en contacto alimentos crudos con la comida preparada. Hay que utilizar recipientes herméticos para guardar y mantener refrigerada la comida y hay que conservar en el frigorífico los alimentos cocinados.
Aunque el ‘riesgo 0’ no existe, se puede limitar enormemente las posibilidades de verse afectado si se extreman las precauciones y se siguen las buenas prácticas tanto en establecimientos públicos como en los propios hogares.