No es algo nuevo lo que sucede en Carrascosa de Abajo. Este pueblo, perteneciente a la comarca de Caracena ya es conocido por la jauría de perros que campan a sus anchas por sus calles.
Se trata de una docena de perros que pasean sueltos por la localidad y se lanzan a por todo lo que pasa por delante, según denuncian quienes han tenido que cruzar sus calles. Ciclistas, vehículos o personas.
Este mismo viernes, 8 de agosto, los animales mordieron a una mujer que tuvo que ser rápidamente trasladada al centro de salud de El Burgo de Osma para recibir en una de las heridas varios puntos de sutura. Esto tampoco es algo nuevo, porque las agresiones llevan sucediendo aproximadamente diez años.
Diez años a lo largo de los que los vecinos han tenido que tomar todas las precauciones necesarias a la hora de salir a la calle, algo que, como se ve en las imágenes, no resulta nada fácil.
Y es que, mientras el resto de pueblos rebosan de vida y algarabía en verano, las calles de Carrascosa están prácticamente desiertas. Los vecinos tienen que coger el coche (al que por cierto, tienen que subirse con rapidez antes de que vengan los perros) para salir a pasear al extrarradio. Es imposible hacerlo por el interior del casco urbano de Carrascosa. Sin embargo, quienes sí que lo hacen son los perros, que según fuentes del pueblo, pertenecen a una sola persona.
Los pocos valientes que se aventuran a salir por sus calles tienen que hacerlo en grupo y con palos. De hecho, esta zona, que es conocida por sus bellos parajes, se recomienda en webs, foros y aplicaciones ciclistas, que ya mencionan los problemas generados por la docena de perros sueltos que también atacan a las bicis.
Las pertinentes denuncias ya han sido presentadas en las dependencias de la Guardia Civil. De ellas tendrá que hacerse cargo ahora el Servicio de Protección de la Naturaleza del benemérito Cuerpo. Al menos, es lo que piden los descendientes de los vecinos, que temen por su integridad.
Una solución que les permita vivir en paz.




