Cuando llegan las fiestas de San Juan Degollado y Santa Filomena, los vecinos de Villar del Río celebran una curiosa tradición: la pedida de la peseta. Tras la verbena, los mozos recorren las calles del pueblo cantándoles a las mozas solteras para pedirles «la peseta», un donativo con el que sufragar los gastos de los festejos.