El ayuntamiento de Zayas de Torre ha acogido la celebración del centenario de una de sus vecinas más longevas, Vicenta García, que ha cumplido cien años en compañía de familiares y vecinos. El diputado provincial, Gustavo Marín Puente, le ha hecho entrega de la placa conmemorativa y del pergamino con la partida de nacimiento, el alcalde pedáneo, José María Gutiérrez Ortega, le ha entregado un ramo de flores, y el alcalde de Langa de Duero, Iván Andrés Aparicio, le ha transmitido la felicitación de parte del ayuntamiento.
Vicenta García cumplió 100 años el 1 de febrero y lo ha celebrado acompañada de toda su familia llegada de Madrid y Barcelona este sábado en el ayuntamiento de Zayas de Torre, lugar en el que nació el mismo día del año 1923. Es la sexta de una familia de siete hermanos.
En su infancia pudo ir a la escuela y ha dedicado el resto de su vida a la agricultura y ganadería. En Zayas conoció a Zacarías, el hombre con el que selló su amor en 1947 que dio sus frutos con cuatro hijos, tres mujeres y un varón. Zacarías era un labrador también nacido y criado en Zayas de Torre. Juntos, con esfuerzo y sacrificio lograron sacar a todos sus hijos adelante.
Vicenta disfrutaba cuidando de ellos y, además de las tareas del campo, se encargaba de la matanza para que a sus hijos y a su marido no les faltase de nada en su hogar. Tuvieron más de una mudanza pero siempre en Zayas de Torre. En el campo se dedicaba a segar, labrar la tierra y el resto de tareas que hubiese que realizar. También se dedicó al cuidado y la cría de animales.
Uno de sus mayores disfrutes y que más le ha caracterizado es por salir «a buscar caracoles» siempre que dejaba de llover, una afición que ha prolongado durante gran parte de su vida.
Cristiana y practicante, no hay día que no falte a su cita con la oración. Fiel devota de San Martin de Tours y la Virgen de la Fuente, que cuidan de los habitantes de Zayas de Torre y a los que da gracias además de pedirles que protejan a los suyos.
Gracias a sus hijos ha podido ver nacer y crecer a sus diez nietos y doce bisnietos, de los cuales presume siempre que puede, ya que le dan la alegría que la vida le ha intentado robar en numerosas ocasiones.
Según fue avanzando el tiempo, Zacarías y Vicenta fueron alternando periodos en Zayas de Torre con temporadas en Madrid hasta que Zacarías nos dejó en el año 1996. Desde entonces y hasta nuestros días, Vicenta se ha dedicado por entero a los suyos a sus dos grandes pasiones: La costura y los juegos de cartas. Fruto de esta afición puede presumir de haberse hecho ella misma los vestidos para las bodas de alguno de sus nietos. Pero los que realmente pueden presumir son ellos de la vitalidad que muestra y las ganas de seguir adelante habiendo vivido un siglo de infinidad de experiencias, no todas positivas, ya que ha habido más despedidas de las que le hubiera gustado, en especial la de su hija mayor, Manoli, que estará desde el cielo celebrando este gran día.
El secreto para llegar hasta los 100 años con esta vitalidad reside en que cada mañana se despierta con un proyecto nuevo o continuando el que dejó preparado el día anterior. Y ese es el mejor ejemplo y el mejor legado que todas las personas que le rodean debemos seguir, la convicción de que con esfuerzo, constancia, valor y dedicación todo es posible.