En la tarde de ayer, el PSOE hizo pública su reacción de repulsa total a las gravísimas acusaciones de la presidenta del Partido Popular de Soria, Yolanda de Gregorio, que acusó al secretario general socialista, Luis Rey, de dedicarse a los escraches, a las amenazas familiares y no a utilizar el pacto notarial. A juicio del PSOE de Soria y en boca de su secretario de organización provincial Javier Muñoz “Yolanda de Gregorio ha cruzado una línea con estas acusaciones y exigimos su rectificación pública de inmediato. No todo vale en política, aunque la señora De Gregorio crea que sí, y su verborrea incontrolada no puede quedar impune cuando se realizan acusaciones de tal calibre”.
El responsable socialista insistió en la ausencia de palabra tanto de la propia Yolanda de Gregorio como de Paco Vázquez, que ayer concurrió acompañando a la presidenta popular en rueda de prensa. “El propio señor Vázquez fue el responsable de las conversaciones entre PSOE y PP tras las elecciones de 2019 para la gobernanza de la Diputación Provincial. Él fue quien comprometió la presidencia de la Diputación Provincial de Soria a los socialistas hace poco más de un año para, en el último momento y sin explicación ni proyecto alguno, concurrir en el “Pacto de la Vergüenza” con la PPSO y Ciudadanos. Nosotros mantuvimos nuestra palabra, ante la ciudadanía y ante nuestro electorado. Ellos deberían explicar qué les llevó a faltar a su palabra”, ha concluido Muñoz.
Ahora, Benito Serrano, Presidente de la Diputación, responde a estas acusaciones. «Todos sabemos que las presiones, amenazas e insultos se produjeron, es conocimiento de todos. Cuando en una videollamada hay 7 personas conectadas y las 6 escuchan las amenazas, nos queda poco por decir», concluía. «Esta ha sido una situación muy grave y violenta. Si alguien tiene que pedir perdón y rectificar por lo que hicieron, son ellos, no nosotros», añadía. La amenaza fue clara, «sus hijas van a tener que ir de esta provincia».
Serrano defiende que estos hechos son «públicos y notorios», y que nadie ha contado una mentira. «Si no se votaba en el sentido que él quería, había presiones». «Si ahora se avergüenzan de lo que hicieron, yo no tengo la culpa, yo no lo organicé, desde luego», concluía.