En esta edición, que se celebra del 24 al 28 de febrero, se enfoca en mejorar las habilidades blandas y el talento del alumnado y egresados
La continuidad de esta actividad en el tiempo ha permitido adaptarla a las necesidades del entorno empresarial y social. Esta nueva edición se presenta con un enfoque renovado, acorde a las metodologías innovadoras por las que ha apostado la Facultad: learning by doing (aprender haciendo).
Durante esta semana los estudiantes del centro tendrán la posibilidad de trabajar con empresas líderes en distintos sectores de ámbito nacional, regional y local. Los distintos talleres a los que asistirán tienen como objetivo desarrollar las solf skills (habilidades blandas) y el talento. En una era en la que la Inteligencia Artificial cobra protagonismo creciente, las habilidades blandas se configuran como la nueva llave para el éxito profesional de nuestros estudiantes. Eso es, creatividad, comunicación, proactividad, liderazgo, flexibilidad, resiliencia, entre otras
Esta edición de la Semana de la Empresa en el aula aspira a ser más ambiciosa. No sólo se necesita reclutar talento en las empresas, es preciso despertar el espíritu emprendedor de nuestros estudiantes y que desplieguen todo se potencial en generar valor al tejido empresarial de nuestra provincia.
Es un hecho, avalado por distintos estudios, que las habilidades blandas suponen entre el 70% y el 80% del peso de las decisiones de los reclutadores de talentos en las empresas. Del mismo modo, el éxito del emprendedor pasa por ser capaz de aplicar estas destrezas. Esto es, las solf skills son esenciales tanto para la búsqueda de un puesto de trabajo como para aquellos que quieren ir más allá y deciden emprender como fórmula alternativa al trabajo por cuenta ajena.
Bajo este contexto, los talleres que se desarrollaran a lo largo de la semana tienen por objeto desarrollar las habilidades de los estudiantes de Grado para fomentar la empleabilidad; potenciar la creatividad y el pensamiento divergente; enseñar a estructurar modelos de negocio, basados en la identificación de necesidades reales; mostrar la innovación como un proceso al alcance de todos; generar un espacio para la experimentación, donde el error sea visto como parte del aprendizaje; y mostrar que el emprendimiento no requiere de una idea genial, sino de experimentación y adaptación.