El pasado domingo se produjo la crónica de una muerte anunciada. El establecimiento regentado por Eduardo Rodrigo, que justo ese día cumplía 11 años de existencia, echaba el cierre. Eduardo anunció hace unas semanas en este medio, que ante la imposibilidad de vender durante la pandemia, y ante la suspensión de fiestas, su empresa Boutique La Piñorra, no podía continuar abierta. La liquidación por cierre ha dado las últimas ventas a Eduardo. La Piñorra echa el cierre. Las ayudas acordadas por las administraciones no han llegado a tiempo. Y como esta tienda, tantas a las que, a pesar de iniciarse la venta al público hace una semanas, no pueden soportar económicamente el mazazo de esta pandemia. ¿Hasta cuándo podrán aguantar las empresas? Nadie lo sabe. Pero (a quien corresponda), no te olvides de ellos.