PARA CONOCER Y VALORAR EL INCREÍBLE PATRIMONIO DE LA ESPAÑA MÁS VACIADA
Guía con protagonismo soriano: dedicada a Avelino Hernández, coordinada por Javier Hernández y otros autores de nuestra provincia, que tiene gran peso en los contenidos.
El próximo 20 de diciembre, a las 19 h., se presenta en Madrid (Librería Central de Callao), la Guía turística de la Celtiberia. Un país imaginado. Acompañará al autor, Javier Hernández (natural de Molinos de Duero) y al editor de PRAMES Rafael Yuste, el portavoz del Grupo Vasco en el Congreso. Aitor Esteban tiene orígenes sorianos, su madre nació en Cañamaque, y es un gran conocedor y entusiasta de la provincia y de la Celtiberia en general, cuyo patrimonio conoce con exhaustividad.
En la guía se valora precisamente ese patrimonio de la Celtiberia para que el viajero lo disfrute. Esto ha sido posible gracias a la colaboración de especialistas en esos aspectos que han trabajado en un equipo coordinado por Javier Hernández, nacido en Molinos de Duero, señalando hitos y rutas sobre geografía, naturaleza, etnografía, historia, arte, literatura, imaginarios y personajes; muchos de esos colaboradores son sorianos: el historiadory profesor Carmelo Romero, el etnógrafo Vicente Chueca, el arqueólogo Alberto Gonzalo, el catedrático de literatura y escritor Jesús Rubio o el actual Justicia de Aragón, el letrado Miguel Ángel Dolado.
El territorio “imaginado” que mapea la guía cabalga por ocho provincias -Soria es la única en toda su extensión- de cuatro comunidades autónomas, las dos Castillas, Aragón y la Rioja; constituye Celtiberia una región natural (norte y centro de la cordillera Ibérica y una parte del reborde nororiental de la Central) que tuvo una entidad histórica en la época antigua (así lo reconocieron los romanos) y luego se constituyó como territorio de frontera (entre el Islam y la Cristiandad, los diferentes reinos cristianos, distintas regiones), lo cual ha otorgado su singularidad y su riqueza. Hoy día es el mayor despoblado peninsular rodeado de nuestras metrópolis más activas (Madrid, Zaragoza, Bilbao y Valencia). Alguna ventaja tenía que tener haber perdido los trenes de la modernidad, precisamente eso ha ayudado a preservar magníficamente espacios antrópicos y naturales y el patrimonio cultural de las cuatro culturas (la céltica, romano-cristiana, islámica y hebrea), que prácticamente solo aquí se da en Europa.
Nos faltaba ese concepto-talismán (Celtiberia) que, como el del Camino de Santiago, diera sentido a estas tierras abandonadas del sistema Ibérico y puede impulsar uno de los destinos turísticos más preciados en el corazón de la España interior.