La Junta de Castilla y León ha abogado por esta medida para asegurar que los padres son los primeros en atajar un posible brote en las aulas. Mediante esta declaración responsable, los padres se comprometerán a no llevar a sus hijos al colegio si presentan algún síntoma del COVID-19.
La consejera de Sanidad, Verónica Casado, ha explicado que si los niños tienen alguno de los síntomas «tengo que tener cuidado y no llevarle ese día al colegio». Ante un cuadro catarral, Casado recomienda «mantenerlo en casa y consultar por teléfono con el pediatra, y ver qué hacemos con él ¿Por qué? Porque los niños son en un porcentaje muy alto asintomáticos, y en un porcentaje muy alto, a diferencia de los adultos, suele ser de sintomatología muy leve».