Con motivo del Día de la Internet Segura, este 8 de febrero, UNICEF España recuerda que es fundamental promover un uso seguro de la tecnología para proteger a los niños, niñas y adolescentes, así como para garantizar el cumplimiento de sus derechos también en el entorno digital.
“Esto pasa por entender las oportunidades de Internet y también sus riesgos. El entorno digital también ha de ser protector”, explica Nacho Guadix, responsable de Educación de UNICEF España. “El uso de la tecnología tiene un impacto físico, emocional y de convivencia, y es necesario conocerlo para poder –a nivel familiar, escolar e institucional- acompañar a los niños, niñas y adolescentes en su vida digital”.
Para afrontar esta tarea, familias, centros educativos, instituciones y empresas juegan un papel esencial. Por ejemplo, a nivel familiar, es importante planificar la llegada del primer móvil, que en nuestro país sucede, de media, a los 10,9 años del niño, según el estudio que UNICEF España lanzó el pasado mes de noviembre, Impacto de la Tecnología en la Adolescencia. Relaciones, Riesgos y Oportunidades.
Las familias también juegan un papel muy importante en el impacto de la tecnología sobre la convivencia. Se ha comprobado que un uso intensivo de la tecnología, y sin la debida supervisión, suele tener implicaciones en la convivencia familiar y entre iguales. Así, el informe refleja que en 1 de cada 4 hogares se producen discusiones todas las semanas por el uso del móvil, la tablet y otros dispositivos electrónicos.
Además, los adolescentes que usan las tecnologías de manera intensiva y sin supervisión, pueden presentar más problemas a nivel emocional e, incluso, relacional. “1 de cada 3 adolescentes hace un uso problemático de Internet y las redes sociales”, explica Guadix. “Es decir, se conectan todos los días, muchas horas y sacrificando otros ámbitos clave en su desarrollo como descansar, estudiar o hacer vida en familia, y esto a la larga puede repercutir en su salud mental”.
También hay otros riesgos que ponen en peligro la seguridad de la infancia y adolescencia en el entorno digital. Así, el informe de UNICEF reflejaba además que el 42% de los adolescentes encuestados aseguraba haber recibido alguna vez mensajes de contenido erótico/sexual, que uno de cada diez ha recibido –a través de redes, chats, Internet o videojuegos- una proposición sexual por parte de un adulto, o que uno de cada cinco podría estar sufriendo ciberacoso.
Por ello, para poder hacer ese acompañamiento en el uso seguro de la tecnología por parte de niños, niñas y adolescentes, no solo es esencial el rol de las familias, sino también el de los centros educativos (tanto en la lucha contra el ciberacoso como la educación, por ejemplo, en el uso de la imagen, y la revisión de sus propios protocolos para garantizar la privacidad de los alumnos), las instituciones (que, con los datos que proporciona el informe, pueden diseñar estrategias de prevención más eficaces) y la industria tecnológica (especialmente, en lo que respecta a la privacidad de los datos personales).