Hace apenas una semana saltaba a los medios la noticia de que un documento hebreo, elaborado en Soria en 1312, se subastaba en Nueva York, alcanzando la astronómica cifra de 6,9 millones de dólares.
Se trataba ni más ni menos que de la llamada ‘Biblia Shem Tov’, que recibe su nombre del rabino que la produjo aquí, en la ciudad de Soria, hace ya más de 700 años.
En ‘El Dominical de Soria TV’ hemos querido conocer más datos sobre esta obra única, y por ello hemos acudido a Marisol Encinas, experta en la cultura hebrea, Historiadora Medievalista e Historiadora del Arte. Ella nos da algunas de las claves para entender por qué esta pieza cuenta con tanto valor. Una entrevista de Ana Esther Méndez.
Pregunta: Ginebra, Londres, Jerusalén, Trípoli o Bagdad son solo algunos de los lugares por los que ha viajado esta Biblia judía desde que fuera creada en Soria. La famosa casa de subastas Sotheby’s de Nueva York tenía previsto adjudicar la puja por un valor de entre cinco y siete millones de dólares. Finalmente, se ha alcanzado la estimación más alta: 6,9 millones, al borde del límite superior. ¿Qué es lo que hace que esta pieza sea tan valiosa y apreciada por los coleccionistas?
Respuesta Marisol Encinas: En la propia nota de catálogo aportada por la casa de subastas Sotheby’s, donde se define esta biblia como “una obra maestra del Siglo de Oro español” y “un valioso testimonio de la tradición medieval del arte literario sefardí”, varios estudiosos de reconocido prestigio apuntan las claves sobre la importancia de esta obra. Por un lado, alaban la erudición bíblica y cabalística de su autor, su ánimo de precisión y su laboriosa meticulosidad. Por otro, destacan su contenido, dado que en su texto recoge abundantes citas de una famosa obra perdida, el Códice Hilleli, además de una de las cuatro copias manuscritas completas existentes de otra obra, el Sefer tagei, siendo esta la única escrita por un escriba sefardí. Se considera que la inmensidad del conocimiento invertido en su producción hace que no sea comparable con ningún otro manuscrito bíblico judío medieval.
Además, en ese estudio aparecen otros dos elementos que considero de enorme interés. En primer lugar, el hecho de ser un libro ricamente iluminado, con motivos ornamentales islámicos y cristianos inspirados en el lenguaje visual que el autor percibía en su entorno. Esto es verdaderamente importante, dado que el célebre rabino Shem Tov nació en Soria hacia 1270 o 1280, donde residió buena parte de su vida. La segunda cuestión tiene que ver con la percepción que se ha tenido de la obra a lo largo de su dilatada historia, desde su conclusión en 1312. Si el profesor Menachem Cohen planteó que esta biblia “representa el mejor de los códices sefardíes, que los eruditos medievales veneraban por su calidad superior”, en el siglo XIX, cuando la obra estaba en Trípoli, se estimaba que tenía propiedades apotropaicas: no solo era considerada como una especie de talismán que salvaba a las mujeres de los dolores en partos difíciles sino que también se hacían peregrinaciones a ella en tiempos de problemas públicos o privados.
P: ¿En qué contexto social podemos enmarcar esta obra? Es decir, ¿cuál era la situación en la que se encontraba la sociedad judía de Soria durante la época en la que Shem Tov elaboró su Biblia (siglo XIV)?
M. E.: El siglo XIV aún presenta bastantes lagunas de conocimiento, porque la mayor parte de la documentación relativa a los judíos en Soria nos lleva al siglo XV, cuando llegó a ser una de las diez aljamas más importantes del reino. No obstante, a grandes rasgos, podemos decir que, como aljama, contaba con todos los servicios necesarios para vivir en comunidad: escuela, cementerio, carnicería, varias sinagogas, etcétera. Una de las sinagogas citada en los documentos se ubicaba en el cerro del castillo, localización elevada donde se ubicó la judería más temprana. Avanzando el tiempo, también se documentan casas de judíos en la zona de la actual Plaza Mayor: entorno de la iglesia La Mayor (San Gil en la Edad Media) y traseras del Palacio de la Audiencia. Parece que en este último sector es donde se ubicó la judería bajomedieval, aunque en ese momento también seguían viviendo algunos judíos en el castillo e, incluso, fuera de estas dos localizaciones.
Uno de los mitos que debemos derribar es que todos los judíos eran enriquecidos financieros dedicados a la usura. Los documentos muestran todo el abanico social posible, desde el más rico hasta aquellos que vivían en absoluta pobreza.
P: ¿Por qué se elaboró en Soria? Es decir, ¿era un punto relevante para la producción cultural hebrea?
M. E.: Soria era un importantísimo núcleo de cultura judía durante el medievo, algo que no se ha puesto suficientemente de relieve hasta la actualidad. Y no solo en el s. XIV, sino probablemente ya desde el siglo XII. Como muestra, te cuento que es un judío, Abraham bar Hiyya, quien mencionó a Soria en un libro escrito en 1123, época muy temprana si tenemos en cuenta que Alfonso el Batallador acababa de conquistar Soria en 1119.
Hoy existen libros producidos por judíos en Soria, desde mediados del siglo XIII, repartidos por bibliotecas de medio mundo. En el Museo de Israel (Jerusalén), por ejemplo, se conserva una biblia soriana producida antes de 1287. Pero, sin duda, el momento más brillante de este ambiente cultural se sitúa en el entorno del año 1300, cuando floreció la escuela de iluminadores de biblias hebreas capitaneada por los hermanos Josua y Sem Tob ibn Gaon, que trabajaron a caballo entre Soria y Tudela.
De una forma u otra, también estuvieron relacionados con Soria eruditos de diferentes disciplinas, desde la medicina hasta la cábala: los hermanos Yishac y Yaacob ha- Cohén, Mosé Narboní o Yosef Albo son solo algunos de esos judíos sobresalientes.
Muy interesante es una descripción del frío soriano esbozada por Sem Tob de Carrión en su Debate entre el cálamo y las tijeras (1345).
P: Para concluir, ya que nos encontramos en El Dominical de Soria TV y queremos profundizar en la cultura judía que dejó su huella en nuestra provincia de Soria, ¿nos recomendaría alguna lectura?
M. E.: Recomiendo un libro para degustar, escrito por el adnamantino Ángel Martín. Se trata de La cocina prohibida y no es un libro para leer de inicio a fin de una sola vez sino para volver a él siempre que se quiera degustar un plato de cocina histórica. Investigando en los documentos de la Inquisición de su pueblo, Almazán, ha recopilado las recetas por las cuales los judeoconversos de esta villa fueron denunciados ante los inquisidores, por entenderse que esos guisos delataban prácticas judías. En el libro ofrece las recetas actualizadas para que cualquier lector pueda cocinar en su casa aquellos platos medievales. Además, este trabajo ha dado lugar a que en un restaurante de Almazán, El Rincón del Nazareno, se pueda degustar ese menú que, a su vez, se incluye en la ruta Aljamas Hebreas Sorianas.