Recientemente se ha creado por la Diócesis de Osma-Soria la Comisión de ayuda a Ucrania. Su función es la de vehicular la ayuda a los refugiados de este país. Esta se ha puesto en contacto con las autoridades competentes, a través de la Subdelegación del Gobierno. El objetivo es el de ofrecer sus recursos. Entre ellos se incluyen los específicos de Cáritas diocesana, con el fin de acoger a las personas. Todas aquellas que están abandonando Ucrania debido a la invasión del ejército ruso.
La ayuda puesta a disposición se concreta en nueve viviendas, distribuidas en cuatro localidades de la geografía soriana, y que abarcan un total de cuarenta plazas en condiciones de habitabilidad, ya que la Diócesis, además de la acogida, trabaja por la dignidad de la persona.
Diócesis de Osma-Soria muestra su apoyo al pueblo ucraniano con su oración y también con sus recursos propios garantizando el amparo legal y jurídico de los refugiados, de manera que se asegure su bienestar y su integración en nuestra sociedad mientras permanece el estado de excepción que los ha obligado a abandonar sus casas y su país.
La Diócesis de Osma-Soria
Tres años después, Su Santidad el Papa Juan XXIII, por su Bula «Quandoquidem animarum» de 9 de marzo de 1959, cambió el título de la Diócesis de Osma. Lo hizo por el de Osma-Soria, y erigió en Concatedral la Colegiata de San Pedro Apóstol, de la ciudad de Soria. La demarcación geográfica de 1956 y el título de Diócesis de Osma-Soria de 1959 son a modo de pregón de heraldo de una nueva era. Y a nueva era, nueva titulación quieren los signos de los tiempos.
En efecto, nos encontramos ante una nueva era que, en línea de continuidad con el pasado. Se abre al futuro sustentado en tres causas y situaciones determinantes. La primera de ellas es el influjo arrollador del Concilio Vaticano II. La segunda, la despoblación rural con la consiguiente desertización demográfica de nuestra geografía soriana. En efecto, la densidad poblacional de Soria, Provincia y Diócesis, se cita ya como punto de referencia en las publicaciones y estudios demográficos: Uno de los ejemplos más significativos es el que enfrenta a las grandes aglomeraciones de Madrid y a la desertización de Soria. Así, en la primera Provincia había, en 2001, 66 habitantes por kilómetro cuadrado y, en la segunda, sólo vivían 9 personas en el mismo espacio. Finalmente, los nuevos grupos y movimientos que irrumpen con vitalidad de juventud y que proceden en su mayor parte del empuje de las nuevas generaciones de laicos.
Hemos carenado la vieja nave y levado anclas de nuevo, poniendo proa a nuevas singladuras por esos mares de Dios y del mundo, echando nuevamente las redes del Pescador de Galilea…