Rubén Tejedor ha solicitado al obispo Mons. Abilio Martínez Varea que «desde hoy, me dispense de ejercer el ministerio sacerdotal».
Tejedor ha estado al frente de la UAP de El Burgo, la Catedral, las Delegaciones de MCS y patrimonio, y el Seminario, entre otras instituciones.
Rubén Tejedor ha emitido la siguiente carta en la que anuncia su decisión:
El Burgo de Osma (Soria) 15 de septiembre de 2020
Memoria de la Virgen de los Dolores
Mis queridos hermanos y hermanas:
Ésta es la carta más difícil que he escrito en mi vida y la escribo con lágrimas en los ojos; lo es por lo que quiero compartir con vosotros y lo es porque sé que lo que quiero comunicaros va a causar dolor y asombro en muchos de vosotros. Sí, me es muy difícil escribiros, pero, a la vez, tengo paz interior y veo, en conciencia, que es lo que debo hacer.
He pedido a nuestro Obispo, D. Abilio, que, desde hoy, me dispense de ejercer el ministerio sacerdotal. Nunca tendré palabras para agradecerle su cercanía y cariño de padre durante estos difíciles meses; siempre he encontrado en él ánimo, apoyo, escucha y comprensión a la par que una palabra con auténtico espíritu cristiano. Gracias, querido D. Abilio.
Como podéis comprender, el último año, especialmente los últimos meses, han sido muy duros, aunque es verdad que Dios me ha bendecido con personas que me han ayudado; Él se lo pagará.
Dejar el ejercicio del ministerio supone dejar de servir a la Diócesis en las múltiples tareas que tenía encomendadas: la UAP de El Burgo, la Catedral, las Delegaciones de MCS y patrimonio, el Seminario, etc. Doy gracias a Dios por tantas personas a las que he intentado servir, y con las que he trabajado y colaborado en estos catorce años; a todas os pido perdón porque, estoy seguro, en muchos momentos no he estado a la altura de lo que se me pedía o no he sabido corresponder a vuestras necesidades.
Con esta breve carta, queridos hermanos y hermanas, he querido abriros mi corazón y cerrar la puerta a comentarios de todo tipo. No quiero irme por la puerta de atrás y no se trata, ni mucho menos, de un portazo. Dios tiene preparados caminos para cara uno, que no conocemos. “¡Qué insondables son los designios de Dios y qué inescrutables sus caminos! […] A Él la gloria por los siglos. Amén” (Rom 11, 33.35)
He sido muy feliz en el ejercicio del ministerio estos años desde que lo recibí, sin ningún mérito por mi parte, en 2006. Donde Dios me lleve, donde Él me ponga, siempre encontraréis en mí un amigo y un hermano con ganas de seguir sirviendo a la Iglesia, mi Madre, y de anunciar a todos el amor de Dios.
Os pido, de corazón, que recéis por mí. Especialmente se lo pido a las comunidades de vida religiosa de nuestra Diócesis. ¡Cuánto bien he recibido de ellas! Gracias a todas, pero, especialmente, a las de mi pueblo, a mis queridísimas HH. Clarisas, a mis MM. Carmelitas de El Burgo de Osma y a mis Hijas de la Caridad de Soria.
“Para los que aman a Dios todo sirve para el bien” (Rom 8, 28) ¡Que Él os bendiga y os guarde!