El atleta maratoniano logró este fin de semana en la capital hispalense la mínima tanto para el Europeo como para el Mundial. Objetivo cumplido, pero sabor amargo por no haber podido tener las mejores sensaciones que respaldaran 13 semanas de trabajo impecable. A pesar de ello, Dani Mateo lo tiene claro y espera que esos fantasmas se alejen en agosto en Munich.