A pesar de que la lluvia hizo acto de presencia hacia las cinco de la tarde, nada pudo con el tradicional Lavalenguas, que llenó Valonsadero de miles de sorianos y visitantes.
Tras unos breves chubascos, el cielo volvió a abrirse para recibir a los jurados de cuadrilla, que disfrutaron de un gran ambiente en el tentadero de corrales, hasta que uno por uno, los novillos fueron conducidos a la pradera.